La Junta Municipal desluce de nuevo las fiestas de Carabanchel Alto

El año pasado, el de la recuperación de las fiestas tras la pandemia, ya denunciamos los graves fallos que tuvo la organización de las fiestas del barrio por parte de la Junta Municipal.

Cuando parecía que algunos de estos fallos se subsanaban en la edición de 2023 (escenario mirando al recinto ferial, actuaciones de bandas del barrio, horario del recinto ferial el viernes y sábado hasta las dos de la madrugada), cuál no sería nuestra sorpresa al comprobar que a las doce de la noche mandaban callar a las orquestas que estaban actuando en ese momento tanto el viernes como el sábado.

El viernes 23, el grupo La Ley de Mantua, cuando no llevaba ni 45 minutos en el escenario, informaba sobre las doce de la noche al público asistente que les habían obligado a finalizar su actuación bajo amenaza de multa, suspendiendo su actuación con gran disgusto de sus seguidores. Y a partir de esa hora se produjo el silencio.

Esa cancelación vino acompañada de una incomprensible intervención de una patrulla de la Policía Municipal que se acercó a la caseta de la asociación de vecinos diciendo que debía cerrar, pidiendo la autorización que se había recibido de la Junta Municipal. Al enseñarla a los policías, pudieron comprobar que el horario de apertura era hasta las dos de la madrugada de esa noche. ¿Cómo es posible que no lo supieran? ¿Falta total de comunicación entre los responsables municipales o un amago de intimidación que nos recuerda tiempos pasados?

El sábado 24 estaban programadas dos bandas de música, el grupo de rock de la Escuela de Música Isaac Albéniz, y la Banda Canalla, que a las doce de la noche en punto tuvo que interrumpir también su concierto, quedando de nuevo el recinto ferial en total silencio.

¿Cómo es posible que no se pueda disfrutar de animación musical en el recinto ferial los fines de semana hasta las dos de la madrugada, como ocurre con todas las verbenas de Madrid y cualquier otro lugar? Sin animación de ningún tipo, el recinto ferial se convierte en un espacio desangelado, y más en la oscuridad en que dicho recinto se queda.

Para colmo, un lamentable accidente de la estructura del escenario, que produjo traumatismos a uno de los músicos, privó de conciertos en la tarde del domingo 25. Resulta incomprensible que la empresa adjudicataria de la realización de las fiestas no dispusiera de algún tipo de animación musical grabada que pudiera paliar, en parte, las consecuencias del accidente.

A esto debemos sumar que en el barrio no hubo publicidad de la programación de las fiestas, sin carteles en ningún lado, con lo que estamos convencidos de que la mayoría de las vecinas y vecinos no se han enterado de la existencia de las mismas.

No sabemos si se trata de simple incompetencia por parte de los responsables municipales o una manera de deslucir las fiestas de los barrios para acabar con ellas, como llevan intentando desde hace varios años, en particular con las de Carabanchel Alto.

En los barrios las fiestas son algo más que conciertos masivos: se trata de lugares de encuentro de personas que igual llevan meses o años sin verse. Apostamos por una cultura participativa y social, que parece no gustar a ciertos gestores.

Seguiremos defendiendo nuestras fiestas; con ellas hacemos barrio.



  Votar:  
Resultado:5 puntos5 puntos5 puntos5 puntos5 puntos
  1 voto