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Las firmas se dirigirán al Ministerio de Educación, al que se le exige que se “comprometa e inste a todas las comunidades autónomas a que ni un/a alumno/a más sea obligado a estudiar por separado de sus iguales y cuente con los apoyos, adaptaciones y especialistas que precise”.
La Plataforma Por una Escuela Extraordinaria ha lanzado esta semana una campaña de recogida de firmas a través de la plaforma Change.org con la que mostrar su rechazo a la segregación escolar forzosa del alumnado con diversidad funcional. La campaña está dirigida al Ministerio de Educación, al que exige que se “comprometa e inste a todas las comunidades autónomas a que ni un/a alumno/a más sea obligado a estudiar por separado de sus iguales y cuente con los apoyos, adaptaciones y especialistas que se precise”.
Tal y como se explica en el Change, cada curso miles de alumnos y alumnas con diversidad funcional son obligados por las administraciones educativas de las distintas comunidades autónomas a escolarizarse separados de sus iguales, ya sea en centros de educación especial o en aulas específicas dentro de los centros ordinarios. Muchas de estas decisiones se adoptan en contra del deseo de las familias y todas se adoptan en contra del derecho de los propios niños y niñas a una educación inclusiva, como así promulga la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, ratificada en 2008 por España.
La administración educativa fuerza la segregación de este alumnado a través de dictámenes técnicos que utilizan las dificultades en el aprendizaje de este alumnado para justificar su segregación, así como persuadiendo y presionando a las familias a través de la denegación de apoyos y bajo la amenaza de que sus hijos o hijas no van a estar bien atendidos si no es en un centro de educación especial o un aula específica.
La Plataforma por una Escuela Extraordinaria exige dicho compromiso al Ministerio de Educación por varios motivos:
- Para evitar el sufrimiento de tantas familias que no pueden elegir la escuela de sus hijos e hijas solo porque presentan algún tipo de diversidad funcional.
- Para evitar que esas familias tengan que acudir a los juzgados para que se reconozca el derecho de sus hijos e hijas a una educación inclusiva.
- Porque la presencia de alumnado diverso en las aulas comunes enriquece y beneficia a todo el grupo, fomentando capacidades y actitudes cooperativas, de ayuda mutua y tolerancia.
Además, muy lamentablemente, la discriminación por diversidad funcional también es evidente en la educación no reglada. Numerosas actividades extraescolares, espacios de ocio y campamentos -tal y como hemos podido comprobar los últimos días con la expulsión de una niña con diversidad funcional de un campamento de inmersión lingüística- cierran las puertas a los niños y niñas con algún tipo de diversidad funcional, atentando así contra sus derechos humanos.
La inclusión es un derecho de todas y todos y la mejor garantía para una sociedad moderna, en la que la educación inclusiva, equitativa y de calidad sea la base fundamental para el desarrollo sostenible y responsable de la humanidad.
Plataforma por una escuela extraordinaria