Atropello de carácter edadista y carencia de buen trato institucional

Hablamos de traslados forzosos e indiscriminados a recurso inadecuado elegido por la Dirección General de Mayores del Ayuntamiento de Madrid de más de 60 personas mayores de 65 años (mayoritariamente mujeres) para abandonar a primeros de septiembre su actual hogar en régimen de alquiler social a las residencias para mayores. Son personas que ocupan tras valoración inicial de los Servicios Sociales el recurso por encontrarse en situación social de vulnerabilidad desde hace más de diez años en algunos casos.

El Ayuntamiento de Madrid, gestor en primera instancia del recurso que tras no prever obras integrales del edificio (con antigüedad de más de 40 años sito en la calle Jerte y denominado “apartamentos de mayores”, depende plenamente del área de Servicios Sociales del Ayuntamiento, que tampoco elabora un plan ordenado de solución habitacional sostenible y adecuado a las necesidades de estas más de 60 personas con identidad y dignidad propia), cede y traspasa el problema a la Comunidad de Madrid (Agencia Madrileña de Atención Social) a plazas de residencias de mayores dependientes, de deterioros cognitivos, etcétera.

Cuatro son las residencias para mayores que ceden sus plazas en detrimento y de nuevo discriminación de las personas de más edad y sus familias con resolución  firme del Programa Individual de Atención y resolución con grado de dependencia por la Dirección General de Atención al Mayor y a la Dependencia, y que llevan más de dos años esperando turno para una plaza pública de la red de centros pertenecientes a la Agencia Madrileña de Atención Social.

“Evitar las situaciones de vulnerabilidad social de los mayores de 65 años del municipio de Madrid, detectar las necesidades de atención sociosanitaria que pueda presentar este conjunto de ciudadanos e intervenir con las oportunas medidas de protección social encaminadas a la resolución del problema” (extracto de las Jornadas sobre Maltrato del Ayuntamiento en el 2012).

Son personas de más de 65 años mayoritariamente válidas, legalmente empadronadas, integradas en el Distrito Centro de Madrid, en un entorno de encuentro social y de convivencia para el envejecimiento activo y preventivo de situaciones de soledad no deseada en sintonía con su bienestar físico, psicológico y social.

La decisión tomada puede provocar y desencadenar en aislamiento social y el trato inadecuado a sus necesidades sin previo rediseño de la intervención social directa para cada persona, programada, valorada y aplicada al recurso social que ya disponen y que el traslado provisional debería cumplir con las mismas características del que disfrutan en el momento presente de sus vidas.

Tampoco se ha permitido la participación activa tanto del grupo homogéneo (consejo de residentes de los apartamentos) como individualmente a las necesidades de cada persona que vive en los apartamentos en este proceso tan delicado y emocionalmente duro para ellos. Desde mediados de junio de la primera reunión de hasta 17 personas trabajadoras de ambas Administraciones, todavía no se ha preguntado el parecer y el deseo de ellos en la toma de decisiones activa (envejecimiento activo). El propio Consejo del Mayor del Ayto. desconocía “el plan de evacuación”. Tampoco el resto de grupos políticos ni de la sociedad civil ni el movimiento asociativo. En el último pleno de julio se solicitaba información a la JMD Centro. Tampoco los entornos de convivencia han sido informados, y menos han formado parte del elenco participativo del diseño integral e interdisciplinar.

El recurso actual es el de la modalidad de apartamentos para mayores, que en el caso de la C.M. se denominan “pisos tutelados”: “equipamiento social de alojamiento para personas con autonomía personal que carecen de una vivienda en condiciones” (web de la Comunidad de Madrid). Tanto el de Usera como el de Vallecas (de los 6 de C.M.) tienen a fecha de este mes plazas libres (se ha verificado).

Lamentablemente a los usuarios les han ofrecido el recurso residencia para personas mayores, 6 de la C.M. y 2 del Ayto., que según las condiciones de acceso legales no han sido valoradas por no estar en dicho estadio de su vida, y que nada tiene que ver con el actual equipamiento idóneo a la valoración de cada uno, que sí es de promoción a la autonomía personal.

Ha quedado patente la falta de recursos especializados y específicos de la Administración local de Madrid ciudad ante situaciones de déficits y carencias; cualquier necesidad cotidiana de atención a mayores nos lleva a un conflicto de intereses, menoscabando derechos y deberes básicos de buenas prácticas a observar en políticas de personas de más edad.

El mayor como sujeto de derechos:

— Derecho de elección y decisión de accesibilidad real: de hacer uso de los recursos comunitarios distritales de mayores, de espacios seguros estables, sostenible, etcétera.

— Deber de gestión centros de mayores: más recursos especializados y más cantidad de servicios para las personas mayores. Crear, habilitar y poner en marcha con medidas para la promoción y mejora de la calidad de vida, serán vitales para su bienestar social.

— Derecho a los cuidados: las personas de más edad tienen derecho a ser escuchadas, a ser respetadas en cómo quieren que sean sus cuidados y que éstos siempre estén adaptados a servicios individuales y personales municipales. Evitaremos situaciones de estado de abandono, vulnerabilidad, soledad no deseada, soledad obligada y otras tantas relacionadas con su habitabilidad.

— El Ayto. como garante y responsable del deber de gestión de equipamientos propios.

Es necesario proporcionar un trato adecuado a las personas mayores en la sociedad, que se enriquece con el modelo del respeto, en la familia, en el vecindario, en los profesionales, etc. Todo ello generaría un buen clima de bienestar, dignificando la vejez.      

Se trata de buen trato a las personas mayores, es necesaria la sensibilización para promocionar modelos de atención adecuados a la nueva realidad: de cuidados, para favorecer la autonomía, evitar situaciones de dependencia, de soledad, proporcionar una atención individualizada, centrada en la persona como eje proactivo de su propia historia.

Ciudadanía y sociedad en general, deciros que solo somos aspirantes a un modelo de justicia social de cuidados intergeneracional de respeto y rechazo de la aporofobia, paradigma del bienestar social del siglo XXI.

Por: Henar M.E.R., vecina de la ciudad de Madrid. Gerencia y Dirección de centros de SS SS (2006). Coordinadora Mesa de Mayores y sus Derechos Sociales F.L.C. (2016-2021).


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