Súmate al Pasacalles Red de Huertos Urbanos, en el que numerosos colectivos nos unimos para seguir luchando por un Madrid verde y habitable.
Desde 2.019 hemos perdido más de 36.000 árboles en nuestra ciudad. En 2023 surgió un movimiento imparable bajo el grito “¡No a la tala” porque la construcción de la ampliación de la L11 de metro contemplaba la tala de 79 árboles, ninguna en parques. Y la quisieron convertir en una sangría de más de 1.000, perjudicando y arrasando los parques que estaban en su trazado. La lucha vecinal les paró los pies y redujimos esa cifra terrible a la mitad.
Múltiples colectivos salimos a la calle a demandar de las Administraciones el cumplimiento de las recomendaciones de la OMS, que en la mayoría de distritos y ciudades de nuestra Comunidad no se cumplen: “que todas las ciudades y pueblos tengan una superficie mínima de entre 10 y 15 m2 de zonas verdes de proximidad por habitante”.
Las obras y remodelaciones que sufre nuestra ciudad obvian y fomentan el creciente efecto de “isla de calor” que vivimos más acuciante año a año. Además, la ofensiva ecocida que están llevando a cabo los ayuntamientos del entorno metropolitano, que continúan patrocinando proyectos de urbanización en las pocas zonas naturales que aún quedan en sus municipios, incide más en ello.
Por ciudades más verdes y habitables. Por el fomento de entornos donde practicar libre y gratuitamente el esparcimiento y el bienestar que permitan el encuentro sin importar la edad, el sector social o nivel económico, fomenten las relaciones sociales y fortalezcan el tejido social de los barrios.
Porque, según la FAO, la agricultura urbana es uno de los pilares del desarrollo sostenible y la mejora de la nutrición y seguridad alimentaria en zonas urbanas y periurbanas.
Porque equilibran las desigualdades, facilitando el acceso a espacios verdes y a alimentos saludables y sostenibles que además pueden abastecer a comedores públicos, bancos y despensas solidarias de alimentos.
Porque favorecen la actividad física y aportan beneficios a nivel mental y emocional, además de entrañar importantes procesos de aprendizaje y concienciación medioambiental.
Porque contribuyen a la recuperación, mejora y aprovechamiento del espacio urbano, posibilitando la regeneración de áreas degradadas.
Porque fomentan la biodiversidad en nuestras ciudades, amplían la funcionalidad de las zonas verdes, contribuyen a la reutilización de los residuos orgánicos, reducen el efecto isla de calor y contribuyen a mejorar la calidad de nuestro aire.
El sábado 6 de abril, nos vemos a las 12:00 en Cibeles.
