Tras meses los meses de verano en los que ha predominado la inacción por parte de las autoridades educativas (Ministerio de Educación y Consejería de Educación), ahora el tiempo apremia y con el comienzo oficial del curso escolar son los colegios los que se ven obligados a trabajan a marchas forzadas intentando adaptar todo lo necesario para cumplir con las recomendaciones sanitarias adoptadas para este comienzo de curso.
El protocolo sanitario existe pero como llevarlo a cabo es otra cuestión. Cada colegio es un mundo y son pocos los que pueden cumplir con facilidad con las directrices de la Consejería de Educación. ¿Cómo se puede cumplir el ratio de 20 niños si no existen más espacios ni más profesores? ¿Dónde metemos dos clases donde antes había una? “Reuniones eternas, lluvia de ideas y creatividad al poder.” Así explican este comienzo de curso los profesores, que muchas veces tienen que realizar verdaderos trucos de magia para sacar huecos donde no los hay o imaginar un nuevo modelo de educación.
Para solventar este problema, son muchos los colegios que han optado por los grupos burbujas mixtos es decir, juntar dos cursos y dividirlos en tres clases. Ponemos un ejemplo:
En un colegio existe una clase de 5º de primaria con 30 alumnos y una de 6º de primaria con otros 30 alumnos. Con la idea del grupo burbuja mixto, tendríamos 60 alumnos divididos en 3 aulas, es decir, 20 alumnos por aula, logrando cumplir así la ratio obligada por la Consejería de Sanidad.
Esta novedosa idea soluciona en parte el tema del espacio y los profesores, ya que necesitaremos la mitad de aulas y de docentes que si dividieramos cada curso en dos. Sin embargo, no todo el mundo aprueba esta nueva idea. Algunos grupos de padres se posicionan en contra de esta idea por considerarla discriminatoria para los niños de dicho grupo que tendrán, supuestamente, un nivel menor que el de los otros niños.
Los profesores responden a estas críticas. Nadie mejor que ellos y ellas sabe como funciona un colegio y que es lo mejor en cada momento. “Pedimos a los padres que confien en los profesores y profesoras y, por favor, seamos flexibles. Nos encontramos ante una situación complicada, que nunca antes hemos experimentado, y este tipo de momento ha requerido tomar decisiones que quizá no sean del gusto de todos pero está en juego lo más importante, la salud y bienestar de todos y cada uno de nosotros.”
Aún así, algunos profesores reconocen que un grupo mixto no es lo ideal, “pero desde luego dejará mayor secuela emocional el prohibir a un niño el interactuar con otro, que el estar en un mismo aula con niños unos meses mayores que ellos”.
Esta profesora, tutora de un grupo mixto explica que en su colegio se ha decidido generar nuevas programaciones a partir de los contenidos comunes de ambos cursos y trabajar de una forma más competencial. “Sorprendentemente, si tiramos de la ley (en nuestro caso el BOCAM) podemos descubrir que los contenidos de primaria son bastante cíclicos y apenas cambia alguno (sobretodo cambian en ciencias), en las demás asignaturas lo único que dista es el grado de profundización.
”El sistema educativo español es muy repetitivo, por eso un grupo mixto puede ser muy enriquecedor”. Los profesores nos explican que en este tipo de grupos se refuerza la responsabilidad y el cuidado hacia los más pequeños, ya que permite que los más mayores ayuden a quién más lo necesite, reforzando de este modo la autoestima y el compañerismo.
“ES EL MOMENTO DE CONFIAR EN NUESTROS DOCENTES Y DEJARLES ACTUAR”
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