‘Rara vez escribo estando feliz’

Abby Cabaleiro tiene 26 años, es vecina de Carabanchel, escritora y actriz. Acaba de publicar su primer libro el pasado 5 de octubre: un poemario titulado Metamorfosis de un corazón roto. De él y de otras muchas cosas conversamos tan ricamente sentados en un banco de un parque del barrio.

●●● ¿Qué van a encontrar los lectores en Metamorfosis de un corazón roto?

El poemario está dividido en las principales fases de la metamorfosis de las mariposas, y es un viaje a través del dolor y del desamor. Empiezas siendo una “oruguita”: lo que vives parece una tragedia, crees que no hay dolor más intenso que el que sientes y que nunca vas a conseguir crecer y volar... Y poco a poco se va viendo una transformación hasta que llegas a ese punto de amor propio, ya de la mariposa.

●●● El dolor es un tema importante en tu poesía…

Sí [ríe], yo creo que la mayoría de los artistas lo somos un poco por eso, porque necesitamos encontrar una salida para todo el dolor que sentimos, y la manera que conocemos es mediante el arte… Yo rara vez escribo estando feliz, pero cuando estoy triste sí que necesito sacar eso de alguna manera, canalizarlo, entonces lo escribo y es como que el dolor no se me queda tan dentro… Y no lo hago para que una tercera persona regrese, sino para que yo “vuelva” a mí: me “purgo” un poco.

●●● ¿Cómo y cuándo empezaste a escribir?

Desde pequeñita escribía cuentos y tenía una amiga con la que escribía canciones, es algo que siempre estuvo muy ahí, pero realmente el primer poema, digamos, “de verdad” que recuerdo lo escribí con diez años. No sé si antes hubo más, pero el primero que recuerdo es ése, y fue cuando murió mi bisabuela: se lo escribí a ella, y yo creo que fue ahí cuando encontré la manera de “hacer algo con esto que siento”… y la que encontré fue escribir.

●●● ¿Trabajas también otros géneros además de la poesía?

Sí, ahora estoy con una novela de fantasía… Yo leo un montón, pero la fantasía es justo un género que nunca me ha dado por leer, y en cambio sí que me llamaba mucho la atención para escribir. Llevo ya bastante, porque es cierto que como no estoy acostumbrada voy más lenta: a lo mejor me tiro dos horas para escribir una página y de ahí borro la mitad. Me supone un desgaste tanto físico como mental más fuerte que escribir poesía, que al fin y al cabo es algo que fluye, necesito y sale solo. Con la narrativa tengo que poner mis cinco sentidos, y si estoy triste ni hablar, porque me disperso. No sé si verá la luz algún día, espero que sí [risas], y en eso estoy.

●●● ¿Qué otras cosas habías hecho hasta la publicación de tu primer poemario?

De pequeña era muy de presentarme a los concursos de escritura del cole, y la verdad es que los ganaba, y me decía: “Pues igual tengo talento”. Luego ya cuando fui creciendo entendí que lo que yo escribía tenía el nombre de “poesía”; empecé a leer a otros poetas y pensaba: “esto va muy en mi línea”. Entonces, como en 2015 o así, quedé finalista de un concurso de una editorial bastante importante, y un micropoema mío salió en un libro recopilatorio. Luego participé en una antología con otra editorial junto con seis chicas más: ya teníamos cada una cuatro o cinco poemas, y eso fue lo primero que realmente vi publicado mío “en serio”, por así decirlo. Seguí enviando manuscritos y recibiendo rechazo tras rechazo hasta que “ha sonado la flauta” [risas] y esta editorial me ha dicho: “oye, nos gustas, te publicamos”.

●●● ¿Qué tal va la promoción?

En enero empezaré a ir a librerías a presentarlo, firmas y demás, y estoy un poco emocionada y un poco muerta de miedo [risas]. De momento tengo cerrada una presentación en la Casa del Libro de la calle Orense el 25 de enero.

●●● ¿Algún otro proyecto entre manos?

Sí, estoy trabajando en uno que también tiene mucho que ver con el dolor… He tenido una pérdida emocional hace poco, he estado un poco mal de amor, desamor y eso, y la salida que encontré de nuevo fue escribir, pero esta vez no poesía, sino cartas. Yo le escribía cartas a él de todo lo que no podía decirle, de todo lo que se me había quedado a mí aquí, guardado: la rabia, el enfado… Lo fui escribiendo en libretitas, y de repente un día en medio de todo ese dolor me dije: “oye, igual puedo hacer algo con esto”. Así que las pasé al ordenador y estoy trabajando en ello. Es una recopilación de cartas que, si la publican, se va a titular Cartas desde el asteroide B-612, por El principito. Estoy muy contenta con lo que está saliendo.

●●● ¿Quieres enviar algún mensaje a los lectores?

Que todo pasa, que a veces cuando estamos mal o tristes por lo que sea nos parece que nuestro dolor es el único, que nunca nadie se ha sentido como nosotros, que el mundo se nos cae a pedazos. Y jolines, sigue girando: alguien se ha sentido como tú antes de ti, alguien se sentirá como tú después de ti y alguien seguramente se estará sintiendo así a la par que tú, y de verdad que todo pasa. Les diría eso y que se centren en lo que les haga sentir mejor. En mi caso ha sido escribir, pero si te gusta jugar al fútbol, juega al fútbol; si te gusta tocar la flauta, toca la flauta… Lo que necesites.

Y como despedida, decir que mi librito se puede encontrar en todas las librerías, y si en ese momento no lo tienen lo pides y te lo traen sin problema… Y si te vas a vivir al extranjero, lo puedes pedir a través de páginas web como la de La Casa del Libro, Amazon, etc. Entonces no hay excusa: llega a todo el mundo [risas].

 MÁS INFORMACIÓN 

Instagram: @abby.cabaleiro

Puedes adquirir aquí un ejemplar de Metamorfosis de un corazón roto


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