Ya llega el verano, y con él también las altas temperaturas y las olas de calor. Para la Comunidad de Madrid podría hablarse de calor extremo a partir de una temperatura máxima de 36,5 ºC y una mínima de 20 ºC. Además de la intensidad, reflejada en la temperatura máxima, es muy importante tener en cuenta el número de días que se mantienen esas altas temperaturas, si bien un único día con una temperatura superior a 36,5 ºC ya tiene efecto significativo sobre la salud.
Igualmente, la baja humedad se une para producir alteraciones de la salud: los días de mayor calor en Madrid coinciden con los de una humedad relativa más baja, con porcentajes medios de humedad relativa mensual en torno al 49% en junio, 41% en julio y 42% en agosto. La causa hay que buscarla en el hecho de que las olas de calor en nuestra región se deben generalmente a la llegada de vientos del sureste procedentes del Sahara, secos y ardientes.
Las olas de calor son episodios de temperaturas extremas muy altas en los cuales se superan por lo menos durante tres días consecutivos las temperaturas máximas y mínimas. Y pueden tener consecuencias muy graves sobre la salud de las personas, como el golpe de calor, que puede llegar a ser mortal o dejar importantes secuelas.
Hay que prestar especial atención a la población más vulnerable: personas mayores, niños y enfermos crónicos, y adoptar las medidas de precaución adecuadas para minimizar los riesgos para la salud de las altas temperaturas. Si se nota indispuesto por el calor pida ayuda, y si los síntomas se agravan, consulte con su centro de salud o llame al 112.
Recomendaciones
► Beber. Beba con frecuencia bastante agua, zumos de frutas, refrescos o bebidas isotónicas (al menos 2 litros diarios) aunque no sienta sed.
No abuse de bebidas con alcohol, con mucha cafeína o muy azucaradas, pues pueden hacerle perder más líquido corporal.
Fundamental: beba y haga beber líquidos con frecuencia a las personas a su cuidado para conseguir una buena hidratación.
► Comer. Haga comidas ligeras y que ayuden a reponer las sales minerales perdidas con el sudor (gazpachos ligeros, ensaladas frías, verduras, etc.) y evite comidas copiosas y calientes.
Coma con moderación, evitando excesos. Los variados tipos de verduras y hortalizas, ensaladas, gazpacho, etc., así como la fruta de verano (sandía, melón, etc.), son muy recomendables por su alto contenido en agua y sales minerales.
► Hogar. Protéjase del sol y evite salir a la calle en las horas más calurosas del día. En casa baje las persianas y los toldos de las fachadas expuestas al sol.
► Exterior. Permanezca durante el mayor tiempo posible en los lugares más frescos, a la sombra o climatizados y refrésquese siempre que lo necesite. No se esfuerce demasiado cuando esté haciendo mucho calor y no realice deportes al aire libre en las horas más calurosas (de 12:00 a 17:00).
Utilice ropa ligera de colores claros y que deje transpirar, y en el exterior cúbrase la cabeza con un sombrero o gorra.
► Vehículos. Nunca deje a nadie, personas o mascotas, en un vehículo expuesto al sol en verano, sobre todo niños pequeños, ancianos o enfermos crónicos.
► Proteger la piel. Protéjase frente a las radiaciones solares. Durante el verano y otros periodos de alta radiación solar hay que ser muy cautelosos con la exposición solar para evitar sus efectos perjudiciales como son el envejecimiento prematuro de la piel, quemaduras, insolación, manchas solares, lesiones cancerosas o cataratas.
Tome el sol con moderación. Si desea broncearse, hágalo de forma lenta y paulatina, aumentando poco a poco el tiempo de exposición.
Evite la exposición directa en las horas centrales del día, entre las 12:00 y las 17:00. Permanezca a la sombra.
Cúbrase la piel. La ropa es el mejor protector solar. Utilice prendas holgadas y ligeras, sombreros o gorras, y proteja también cuello, oreja y nariz.
Prevenga las cataratas. Utilice gafas de sol de calidad, con cristales protectores frente a la radiación ultravioleta A y B.
La crema de protección solar debe acompañar las anteriores medidas, no sustituirlas, evitando el peligro de la falsa sensación de seguridad que proporciona. Es un error pensar que utilizándola se puede permanecer al sol durante más horas.
La crema debe ser resistente al agua y con un factor de protección (SPF) del 15 como mínimo. Cuanto más blanca sea la piel mayor debe ser el factor de protección.
Aplicar una capa abundante por toda la piel entre 15 y 30 minutos antes de la exposición, con la piel seca. Repetir la operación cada 2 horas, después de cada baño o en caso de sudoración intensa. Aplique también protector labial con igual factor de protección.
Evite quemarse. Cuando note enrojecimiento de la piel, aléjese del sol.
Las anteriores medidas de protección deben extremarse en niños y ancianos, aumentando el factor de protección de la crema. En niños menores de 6 meses no debe utilizarse, mejor asegurarse de que no les dé el sol directamente.
► Llamar al 112. Si se nota indispuesto por el calor, pida ayuda a un pariente o a un vecino. Si no tiene a nadie cercano, llame a los Servicios Sociales de su Ayuntamiento, a su centro de salud o al 112.
► Golpe de calor. Es la situación más grave producida por el calor, y puede llevar a la muerte por colapso de múltiples órganos como el riñón, hígado, páncreas, etcétera.
Es una emergencia vital que debe tratarse en un hospital. Cuando una persona sufre un golpe de calor requiere ayuda inmediata. Llame al 112.
Los signos característicos del golpe de calor son:
— Deterioro del nivel de conciencia que puede llegar a producir delirio, convulsiones o coma.
— Temperatura corporal extremadamente alta (40-41ºC).
— Piel muy caliente y seca, porque ya no hay sudoración.
¿Qué hacer?
Bajar rápidamente la temperatura corporal de la persona afectada es lo más importante, y debe hacerse incluso antes de su traslado al hospital. Para ello, debe ser colocada a la sombra, desvestida y enfriada con lo que se tenga a mano: compresas de agua helada, ducha de agua fría, envolviéndola en una sábana húmeda y poniendo un ventilador enfrente, etcétera.
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