En septiembre de 2023 expusimos las deficiencias en el sistema de recogida de basuras del barrio. Ahora, ocho meses después, la fanfarria municipal nos informa de un nuevo avance de la Agenda 360. Se trata de la nueva iniciativa del Ayuntamiento de Madrid para la instalación de contenedores soterrados en el distrito de Centro.
Estos contenedores están diseñados para la recogida selectiva de residuos, y ofrecen ventajas como mayor capacidad, reducción de ruido e impacto visual y mejor accesibilidad. Su implementación forma parte de la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360 y busca mejorar la estética y la limpieza de la ciudad. Además, los materiales y el diseño de los contenedores contribuyen a una mayor resistencia y menores costes de reparación.
La instalación de los primeros 90 contenedores comenzaba, previsiblemente, en marzo, en varias ubicaciones, incluyendo la calle Serrano Anguita y la plaza de las Salesas. Permítanme resaltar diversas cualidades vitales para este nuevo cambio: mayor capacidad, reducción de ruido e impacto visual, mejor accesibilidad, mejor reparación, mejor estética urbana y mejor limpieza.
Quizás la estética no sea discutible. La historia ha otorgado al Distrito Centro una imagen urbana difícilmente comparable con la de los barrios periféricos. ¿Pero cómo se aplican el resto de esas cualidades vitales en el sistema de basuras de Carabanchel? Nos vuelve a llegar la imagen de los contenedores de la calle Antonia Rodríguez Sacristán. Son los de la foto de septiembre, pero más deteriorados y vandalizados Y sobre ellos nos preguntamos lo siguiente:
¿Son poco ruidosos? Pregúntenselo a los vecinos que tienen la suerte de vivir a pocos metros de ellos. La armonía de los mecanismos hidráulicos y del motor de los eficientes camiones de recogida sirve de despertador cada mañana.
¿Son más limpios? Cuando el servicio de limpieza se percató de lo pesado que era abrir las tapas usando el pisón, resolvieron el problema quitando las lengüetas de goma de las bocas de las tapas y mejorando así la entrada de la basura y la salida de olores.
¿Son accesibles? No, el acceso hasta el contenedor debe ser directo y sin desniveles. Resulta significativo que ninguna entidad se preste a denunciarlo.
¿Tienen poco impacto visual? Menos que un elefante, seguro. Y solo porque están quietos.
¿Mejoran la estética urbana? ¿Hay que contestar?
¿Menores costes de reparación? En esto sí que ganamos. Simplemente no se reparan.
Concluyendo: resulta verdaderamente indignante comprobar que, con los años, la falta de equilibrio no solo no se reduce, sino que aumenta. La recogida soterrada, en el centro de Madrid, está obligando a nuevas grandes inversiones en obras, equipos y maquinaria. Mientras, no son capaces de dotar a la periferia de un sistema de recogida digno, limpio, silencioso, funcional y completamente accesible. Y con todo, debemos seguir asumiendo que, en Carabanchel, de lo bueno, poco; y de lo estético, lo justo… o más bien nada.
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