Nos encanta este festival, amamos este festival.
Desde el movimiento asociativo nos encanta este festival porque es el ejemplo perfecto para demostrar que el cine en los barrios es fundamental.
Y es fundamental porque vuestras voces… Sí, habéis oído bien, vuestras voces, y las de vuestros vecinos, y las de vuestras familias, y las más importantes: las de aquellos que no tienen voz, las que son silenciadas, las voces que son excluidas por la sociedad. Todas, absolutamente todas esas voces, encuentran en el cine un espacio para ser escuchadas, por eso nos encanta este festival.
Y amamos este festival porque las películas que habéis visto en esta semana de cine son un reflejo de lo que sentís, de lo que pensáis, de lo que os gusta, de lo que os repugna, de lo que os aburre… En definitiva, lo queráis o no, las películas que habéis visto son un reflejo de vosotros mismos.
Y desde el movimiento asociativo somos conocedores de que este certamen solo da una respuesta parcial a vuestras necesidades, a vuestros deseos de consumir el séptimo arte.
Porque para acceder a ese lugar mágico donde nos sentamos, donde nos sumergimos en esas historias o donde escuchamos tantas voces que nos conmueven, para eso, hace falta algo más, hace falta un sitio, un espacio, un lugar de encuentro que sea accesible para los vecinos y vecinas de Carabanchel.
Y cuando hablamos de accesible no solo hablamos de una ubicación fácil y con una buena red de transporte, sino que también hablamos de un lugar donde el cine sea inclusivo, donde las personas con diferentes capacidades físicas, intelectuales y sensoriales puedan disfrutar del cine y del arte en toda su extensión.
Mirad, a nadie se le escapa que en los tiempos que vivimos ir a una sala de cine, o por lo menos a una sala como la que tenemos en mente en el pasado, ya no es posible. Y no es posible porque en Carabanchel, como en muchos otros barrios, el modelo inmobiliario especulativo se ha encargado de hacerlo inviable; un modelo que no distingue si esos lugares son para la cultura, el pequeño comercio o para una vivienda digna.
Y como somos muy conscientes de esta situación, hoy más que nunca es viable una reclamación histórica que tenemos en el movimiento y es la creación con fondos públicos de un espacio, un lugar de encuentro donde cine y barrio confluyan, un lugar como la construcción del Centro de las Artes Escénicas en nuestro querido Carabanchel
Porque lo que estamos buscando no es un lugar con pantallas grandes y asientos cómodos: lo que estamos buscando son oportunidades. Oportunidades para que las historias que nos conectan y que nos representan lleguen a nuestras puertas, lleguen a nuestras comunidades.
Gracias a este centro, todos los vecinos independientemente de su condición económica y social podrían acceder a algo que nos pertenece por derecho. El acceso a una cultura para todo el mundo y para todos los bolsillos.
Y no quiero extenderme más. Para finalizar, desde el movimiento asociativo de Carabanchel agradecemos a los trabajadores, artistas y público vuestro esfuerzo, vuestra pasión y vuestro compromiso. Y para los que duden que este Centro de las Artes Escénicas algún día se construirá, solo voy a recordaros una cita que dijo el gran Nelson Mandela: “Todo parece imposible hasta que se hace”.