Datada entre los siglos XIII y XIV, constituye uno de los edificios más antiguos de la Villa de Madrid
La inversión total realizada por el Ejecutivo autonómico para su rehabilitación es superior a los 700.000 euros
La Comunidad de Madrid ha restaurado las pinturas de la Ermita de Santa María La Antigua de Carabanchel, uno de los edificios más antiguos de la Villa de Madrid, datado entre los siglos XIII y XIV, que fue recuperado íntegramente a principios de este siglo. Además, en el marco del convenio de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte con la Iglesia Católica correspondiente al presente ejercicio, está prevista la recuperación de los elementos pictóricos del retablo.
El consejero de Administración Local y Digitalización del Gobierno regional, Carlos Izquierdo, y la consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, han visitado hoy este templo para contemplar unas pinturas murales que, en colaboración con la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, han sido rescatadas tras haber permanecido cubiertas. Bajo una obra que simulaba una vidriera con jarrones se halló otra de gran valor documental y estético de Santa María Magdalena, que ha podido ser reconstruida en su hornacina original.
Previamente, en 2020, se arreglaron las que fueron localizadas en el sotocoro, en las que aparecen castillos, leones y escudos nobiliarios de gran singularidad, llamando la atención su similitud, en cuanto a técnica e iconografía, con el artesonado de la Colección Várez Fisa, que atesora el Museo del Prado en su colección.
En cuanto a las acciones previstas para este año, además de reparar las que se encuentran en el retablo, se contempla la limpieza de su mazonería y del mural situado tras él.
La Ermita, que forma parte del Cementerio de Carabanchel Bajo, responde al prototipo de iglesia mudéjar rural y cuenta en su interior con elementos decorativos destacables, como los citados, y un pozo. Construida con fábrica de mampostería y verdugadas de ladrillo, en su estructura destaca la torre espadaña, a la que se accede desde el coro.
Se encontraba abandonada, sin culto y con su interior descontextualizado por haberse construido una serie de dependencias para diferentes usos, hasta que, entre 2000 y 2001, la Comunidad de Madrid llevó a cabo una importante labor de recuperación, logrando la restauración de este Bien de Interés Cultural en su integridad (BIC).
RECUPERACIÓN INTEGRAL DEL EDIFICIO
Para recuperar el templo, se construyó un edificio administrativo que se situó en la nueva puerta del cementerio, por lo que se pudieron demoler las habitaciones que habían sido habilitadas para ese fin en la propia iglesia. Además, se llevó a cabo una importante campaña arqueológica en todo el subsuelo, documentando enterramientos realizados en su interior, y se localizaron las pinturas, que se consolidaron para su posterior tratamiento. En esta intervención se reforzó la cimentación del muro sur y se restauró todo el interior, dotándole de acceso al coro e incluyendo el retablo principal.
En 2016, dado el estado en que se encontraba la Ermita por las humedades y problemas estructurales, las obras que hoy han visitado los consejeros del Gobierno regional fueron arrancadas y trasladadas a la Escuela Conservación y Restauración de Bienes Culturales para su intervención y, así, evitar su posible pérdida.
En el año 2019 se llevaron a cabo más trabajos como consecuencia de las humedades y problemas estructurales. La inversión total realizada por el Ejecutivo autonómico, a día de hoy, es superior a los 700.000 euros, a la espera de concluir los trabajos de 2022.