Gabriel Moric Font, de 35 años, y a pesar del saboteo electoral de la ultraderecha chilena al disminuir considerablemente el transporte en todo el país el día de las elecciones, será el nuevo presidente del país. Boric, del Frente Amplio de Izquierda en coalición con el Partido Comunista chileno, derrotó a Jesé Antonio Kast en la segunda vuelta de las elecciones, con el 55,87% de los votos, frente al 44,13% del candidato de extrema derecha, con más del 99% escrutado. Este triunfo está cargado de récord: este domingo votaron 8,3 millones de personas, el 55% del censo nacional, el mayor porcentaje desde que el voto es voluntario (2012).
Boric es el primer candidato en ganar en una segunda vuelta después de salir segundo en el primer turno. Pero la marca más asombrosa es que cuando jure como presidente el 11 de marzo tendrá 36 años y se convertirá en el presiente más joven en toda la democracia chilena y del continente del sur.
Gabriel Boric es el resultado de las manifestaciones de 2011 y 2019. En marzo, Sebastián Piñera entregará el poder a quienes se movilizaron durante sus dos mandatos. Boric es la primera generación lanzada a la política en los últimos años. Era un niño cuando Augusto Pinochet entregó el poder a un gobierno civil. Y por eso mira hacia el futuro sin los obstáculos de la herencia pinochetista.
“Es la generación que se crió sin miedo, y rompió con la centro-izquierda tradicional que entre 1990 y 2010 condujo la transición democrática bajo el paraguas de la Concertación. Chile ha dado además la espalda a la memoria de la dictadura, al discurso de orden y seguridad que defendió el candidato derrotado, José Antonio Kast, para mirar hacia un porvenir que ahora se abre lleno de incógnitas, con deudas por saldar y muchas promesas por cumplir”, dice un comentarista de El País, de España.
América latina gira hacia la izquierda. Se espera el triunfo de Lula D Silva y Brasil y de Gustavo Petro en Colombia. Ya el mes pasado, Xiomara Castro, fue elegida presidenta en Honduras, y hace cuatro meses, Pedro Castillo, en Perú, se alzó con la victoria frente a la ultraderecha. Nuevos vientos para un continente acosado por la violencia, la pobreza y la corrupción.