SONIA DORADO MARTÍN
“Una visita al mosaico llamado de los Carabancheles, en 1920, en compañía del Sr. Obermaier, fijó nuestra atención en este lugar. Exploraciones sucesivas, acompañado de alumnos, nos limitaron la extensión del despoblado a escala comprendido entre los dos Carabancheles, Alto y Bajo. Lo limita, por un lado, la vía del tranvía, y por otro, la vía férrea militar, encontrándose su foco principal entre la casita del mosaico y el cementerio. Los objetos son de tal calidad y cantidad que hace suponer al Sr. Mélida fuera el antiguo Miacum o Madrid romano.
El Mosaico de las cuatro estaciones determina un triclinium, y éste, una villa situada dentro de la finca de lo que fue palacio y propiedad de los Montijo y actualmente de las Oblatas del Santísimo Redentor. En la trinchera del ferrocarril militar se perciben algunos restos de muros de construcción poco sólida.
Entre los objetos más señalados se encuentran un brazal de bronce helenístico representando una cabeza de asno báquico beodo que pertenecía a la colección Vives. Una Minerva de bronce, encontrada junto al mosaico y que está actualmente en el Museo Nacional Arqueológico con el número 2.851. Una vasija de bronce, encontrada en el cementerio, que está en la dirección del Museo Arqueológico Nacional.
A partir de 1903, una serie de exploraciones hechas por J. M. Florit, Eustaquio Páramo, Sr. Mélida, Barradas, Blázquez, Viliria y Fuidio, han dado por resultado la colección de objetos de cerámica de varias clases como terra sigllata, negra, vidrio, clavos, ladrillo, tejas, trozos de estucos y mosaicos.”
Este texto y dibujo pertenecen a un escrito de Fidel Fuidio de principios del siglo XX. Al que se hace referencia en el artículo, que hoy les quiero presentar, publicado en la revista Estudios de Prehistoria y arqueología madrileña, titulado Materiales arqueológicos inéditos, procedentes del cementerio parroquial de Carabanchel bajo en Madrid. Escrito por Carlos Caballero Casado, Francisco Javier Faucha Pérez, Isidro Fernández Tapias y José María Sánchez Molledo, en el que aparece un plano en el que se nos muestra la superficie ocupada por el yacimiento romano de Carabanchel y en un círculo nos muestra la ubicación donde se encontró el Mosaico de las cuatro estaciones.
En este artículo se nos hace un análisis cronológico de todas las actuaciones que se han llevado a cabo en el yacimiento, hasta su publicación. Realiza aclaraciones acerca de temas que sus autores consideran erróneos (denominarlo “Miacum”, numero de inventario de la Minerva de bronce, etc.), localiza en un plano los hallazgos producidos en el cementerio de Carabanchel y en la trinchera de la línea 5 de Metro, analiza las distintas épocas y sus hallazgos, haciendo una descripción de las piezas y un estudio de los materiales situándolos en sus correspondientes épocas, entre las que se encuentran época prerromana, romana y tardorromana, medieval y moderna y contemporánea.
Una excursión al pasado guiada, entre otros, por Carlos Caballero Casado y José María Sánchez Molledo, a los que tengo gran respeto y admiración.