María Ruiz es cantautora y educadora social. De procedencia alicantina, es una de las muchas artistas que pueblan el distrito de Carabanchel. Ella se rodea de música y calma en el barrio de San Isidro. Una tranquilidad que agradece después de varios años viviendo en el centro de Madrid.
Tiene un disco: Metamorfosis, y ya trabaja en un nuevo proyecto musical. Además, María forma parte del colectivo Arte Muhé, una iniciativa en la que casi una treintena de mujeres trabaja por la inclusión y visibilidad de las mujeres en el arte.
Con su disco Metamorfosis, producido por los también cantautores Adriana Moragues y Manu Míguez, lleva más de dos años dando conciertos.
¿De qué habla Metamorfosis?
Metamorfosis es un proyecto que cierra una etapa, un ciclo. El contenido trata sobre muchos temas: unos tienen un componente más político, más reivindicativo, pero hay otros que son muy personales. Se cuentan experiencias y vivencias que me han marcado, o que han marcado etapas de mi y otras que nacen del enfado y de la rabia ante situaciones concretas y que tienen una intención más de protesta.
Las mujeres, nuestras reivindicaciones, nuestras luchas están muy presentes en tus canciones. ¿Por qué eliges cantar sobre esto?
En verdad no ha sido algo elegido de forma intencional. De lo que hablo es de aquellas cosas que me atraviesan y en mi vida las mujeres, empezando por las de mi propia familia, han sido determinantes y han condicionado la persona que soy hoy y todo lo que hago. Y eso atraviesa mi proyecto profesional también. Es una cosa que nace de forma muy orgánica y a la vez, en este momento, sobre todo, es una forma también de visibilizar, de poner voz a lo que nos atraviesa.
Háblanos del colectivo Arte Muhé
Arte Muhé es un colectivo que nace en 2017, que empieza siendo un espectáculo y surge de la idea de hacer algo en torno al 8M de 2017, cuando tuvo lugar la primera huelga feminista. Queríamos visibilizar el trabajo y los proyectos artísticos de muchas mujeres, no solamente desde la música, también desde la poesía, las artes plásticas, el circo, el teatro. Nace con la intención de montar un aquelarre; de juntarnos y celebrar. Ahora se centra en la visibilidad y tiene también un componente pedagógico y social que quiere acercar esa pedagogía feminista desde las artes escénicas a otros contextos donde, quizá, no llegan.
¿A qué dificultades se enfrentan las mujeres en la industria musical?
A muchas. Dentro de la industria musical no solamente estamos las mujeres que componemos, las artistas, que es el producto visible, sino que detrás hay un engranaje de mujeres totalmente invisibilizadas que pertenecen al mundo de la producción, de la ingeniería de sonido, la técnica. Principalmente, tenemos que lidiar con el cuestionamiento de nuestra capacidad; en un mundo tan masculinizado como es la industria de la música, tenemos que demostrar mucho más de lo que demuestran los hombres. Eso es lo principal: el esfuerzo de tener que demostrar que lo que hago es válido. También hay que poner freno para que no cuestionen mi criterio a la hora de decidir cómo quiero llevar mi proyecto, cómo quiero sacarlo adelante. Además, como técnicas de sonido, en Arte Muhé nos vemos con experiencias de estar en un contexto muy masculinizado y que todo el rato se pone en duda tu trabajo; si lo que estás haciendo es mejor, es peor o lo haces de una manera o de otra. Es esa constante de tener que demostrar que sabes hacer tu trabajo.
Además de música eres educadora social. ¿Qué le aporta la María artista a la María educadora y viceversa?
La educación social es una profesión vocacional y, antes de dedicarme a la música, me he dedicado 100% a la educación social. Me ha permitido vivir experiencias en diferentes contextos. Sobre todo, cuando he ido centrándome en mujeres en riesgo de exclusión, en situaciones de vulnerabilidad, ha hecho que mi conciencia acerca de todo esto sea mucho más amplia y crítica, alimentando a lo que yo creo. Intento que la música también tenga una función pedagógica, así que creo que la parte de educadora está muy presente en mi obra por cómo intento hacerla llegar y a dónde intento hacerla llegar.
¿Qué va a pasar después de Metamorfosis? ¿Qué cosas nuevas vienen?
Ahora se me abre una etapa muy bonita e interesante porque nos acabamos de embarcar en un proyecto nuevo que se va a llamar El vuelo. Es el segundo disco y va a ser un proceso de coproducción con otras artistas que van a trabajar conmigo en vestir las canciones. Vamos a trabajar durante los próximos meses con la intención de meternos al estudio en abril o mayo y grabar. Haremos un crowfunding en marzo porque las personas que llevamos un proceso autogestionado necesitamos pedir ayuda. Para dignificar el trabajo que hay detrás de todo esto necesitamos dinero. El disco verá la luz después de verano.