Después de las vacaciones, y con el verano casi concluido, celebramos la resolución de la acampada frente a la Junta Municipal. Damos la enhorabuena a la familia que ha luchado por encontrar una vivienda, y desde nuestro periódico lamentamos que esta lacra de gente sin casa sea una realidad que no cesa. No entendemos cómo la vivienda no es en la práctica un derecho, como recoge la Constitución, y que no haya acuerdo entre las Administraciones para resolver algo tan fundamental. ¿No es esto una prioridad?
En otro orden de cosas, también nos gustaría ir avanzando hacia una sociedad más tolerante, humana y no violenta. Pero los hechos que vemos todos los días nos dicen que tenemos mucho camino que andar en esa dirección.
Agradecemos a los centros de salud el aporte de cómo actuar ante la violencia de género, y diferentes iniciativas que desde el barrio trabajan para una mejor convivencia. Desmontando tópicos racistas, por ejemplo, o toda la actividad que bulle desde el Espacio de Igualdad María de Maeztu, acerca del cual publicamos este mes un reportaje que esperamos contribuya a que la población del Distrito lo conozca mejor y sepa cómo puede participar en él y aprovechar los servicios que ofrece.
Esperamos seguir informando de todo lo bueno que surge en Carabanchel. Pues a pesar de que vivimos rodeados de situaciones complicadas, que superan la esfera barrial, (problemas de los refugiados, inmigración, paro… últimamente la escalada de tensión nuclear…), pensamos que tenemos que poner nuestro granito de arena para avanzar hacia un mundo mejor, aunque sea no sumando más desorden al desorden en que vivimos. Desde lo particular podemos generar otro tipo de relaciones en las que no se busquen las diferencias y el enfrentamiento de los puntos de vista.
No parece que en este momento se priorice resolver las necesidades básicas de las personas. La tensión crece, y eso lo vemos en todas las esferas de la vida, tanto en la esfera personal como en la institucional. Por eso más que nunca tendremos que sacar lo mejor de nosotros mismos para no ser arrastrados por esta ola de inquietud y enfrentamiento en que vivimos, con una atmosfera social asfixiante. Seguiremos desde nuestro periódico tratando de sacar lo mejor de nuestro barrio, pues desde ahí comienzan los cambios.