Hace ya tres meses que esta pasarela, que supone un paso casi obligatorio, permanece desmontada por motivos que desconocemos. Situada a escasos 25 metros de la zona infantil, “el puente”, como es llamado por la vecindad, yace dentro del agua, apreciándose que la viga de apoyo y la barandilla metálica lateral se han caído, arrastrando consigo el tablero de madera.
Y mientras la vecindad sigue circulando y a 25 metros los niños y niñas juegan en la zona infantil, el personal de la concesionaria de Parques y Jardines se limita a colocar una simple cinta balizadora, día sí y día no.
Haría bien la Junta Municipal de Distrito en retirarla con la máxima urgencia como paso previo a su restauración y antes de que alguien confunda estos restos abandonados con una atracción de ejercicios de equilibrio.