La compañía Solo Es Nuestro Deseo estrenó el 6 de marzo en la Sala Tarambana la obra La escuela perdida. Esta obra es el resultado de un intenso trabajo de documentación histórica y creación colectiva iniciado en octubre de 2021, cuando un grupo de personas vinculadas a la educación y/o aficionadas al teatro se preguntaron cómo habrían enfrentado el inicio del curso escolar en Madrid en septiembre de 1936, dos meses después de la sublevación del 18 de julio.
Este grupo asumió el reto, seleccionó a un director, el vallecano Toni Ruiz, y comenzó a trabajar. No había un texto previo, pero sí un contexto histórico y un territorio: la educación republicana y la ciudad de Madrid, capital de la II República. Una ciudad en la que, tan solo en dos años, el nuevo Estado republicano construyó e inauguró 18 grupos escolares para paliar una lacerante herencia de la monarquía: las elevadas tasas de desescolarización de la población infantil madrileña.
En este preciso contexto y combinando el rigor historiográfico con la libertad de creación, cada integrante del grupo fue construyendo su propio personaje. Y así nacieron un niño, tres maestras, un inspector, una periodista, una tendera y un empleado municipal, casado con otra maestra. Uno de los nuevos grupos escolares será el espacio en torno al cual estos ocho personajes tejerán una urdimbre de deseos, que se verán truncados por el estallido de la guerra y las amenazas que se cernían sobre la capital asediada. ¿Había que mantener abiertas las escuelas o era necesario cerrarlas para evacuar a niñas y niños, con sus maestras y maestros, a Levante o a Cataluña? Éste será el conflicto sobre el que gravite la trama de La escuela perdida.
Eclosión de creatividad y de alegría
La educación republicana fue un proyecto de paz, una eclosión de creatividad y de alegría. La educación republicana fue un proyecto de igualdad y de emancipación para las clases populares, secularmente postergadas en el analfabetismo y la incultura. La educación republicana fue un proyecto de coeducación, de laicidad, de arte, de ciencia. Con la educación republicana España se colocó a la vanguardia de la educación europea, incorporando y multiplicando las teorías y las prácticas más innovadoras de la escuela activa.
Pero la guerra, sobrevenida como consecuencia de una sublevación promovida y protagonizada por los enemigos de la democracia, interrumpió violentamente este sueño que durante cinco años fue una realidad.
Los personajes de La escuela perdida nos cuentan en primera persona cómo vivieron aquellos momentos tan determinantes de nuestra historia. También nos cuentan qué fue de sus vidas y de sus destinos después de la guerra. Unos hechos que sucedieron hace 90 años, pero que siguen formando parte, mucho más de lo que podríamos pensar, de nuestro presente.
La escuela perdida seguirá representándose en la Sala Tarambana en abril y mayo (www.tarambana.net/espectaculos/la-escuela-perdida), pero la compañía Solo Es Nuestro Deseo, autora e intérprete de la obra, está dispuesta a representarla donde haya interés y posibilidad de hacerlo (laescuelaperdida@gmail.com).
La escuela perdida es una obra que rinde tributo a quienes hicieron posible la educación republicana. Una obra para quienes, en el presente, comparten, promueven y practican los valores que sustentaron aquellas inolvidables escuelas.