Antes de adentrarnos en los temas del último pleno de junio, me gustaría preguntar: ¿saben los vecinos y vecinas de Carabanchel para qué sirven estas sesiones?
El pleno de junio del distrito de Carabanchel concluyó, como el de mayo, tras un largo debate. Antes de contarles qué se aprobó y qué se desestimó, así como las argumentaciones que dieron hacia uno y otro lado, me gustaría preguntarles: ¿saben qué utilidad tiene el pleno de la Junta Municipal de Carabanchel? Yo, sinceramente, no lo tengo muy claro. Por ponerles en situación: los plenos se celebran en el Centro Cultural Lázaro Carreter el primer jueves de cada mes. Hasta hace apenas dos meses, a puerta cerrada. Ahora, por suerte a puerta abierta tras haber superado la crisis del COVID-19. A su vez, se emiten en directo y se graban en vídeo. Esta vez, por temas laborales no pude acudir ‘in situ’, así que lo he visto a posteriori. Aquí los tenéis todos. Y es que la hora tampoco ayuda: comienzan a las 17:30 horas.
Son encuentros excesivamente tediosos. En gran parte por los textos legales que se repiten una y otra vez en voz de la secretaria, lo que hace aburrido y reiterativo el debate. Porque, digo yo, ¿no podría realizarse el pleno de forma más amena y ágil y que luego la secretaria añadiera toda esa información legal en el acta? ¿Tenemos los ciudados que “sufrir” una y otra vez toda ese lenguaje burocrático colmado de números, barras y reiteraciones? ¿De verdad creen que así van a motivar a que los carabancheleros y carabancheleras se interesen por los plenos?
Pero no solo por eso. Me pregunto también, si un grupo no tiene nada nuevo que aportar a un debate y lo único que hace es repetir lo que ya ha señalado otro grupo, ¿por qué no pasa palabra? ¿Es necesario escuchar las mismas argumentaciones que el vocal anterior? Por todo esto, no es de extrañar que la duración de la sesión difícilmente baje de las tres horas y media. El del pasado jueves comenzó a las 17:30 horas y concluyó a las 21:39 horas. Es decir, cuatro horas y nueve minutos de pleno. Ahí es nada.
Pues bien, después de cubrir dos de estos plenos me veo con la capacidad de afirmar que, a mi entender, sirven de bien poco. Al menos esa es la sensación que me da como vecino de Carabanchel. En la sala se juntan 31 políticos, entre vocales y concejales (9 de Más Madrid, 8 del PP, incluido el presidente; 6 de Ciudadanos, 4 del PSOE, 2 de Vox y otros 2 del Grupo Mixto, llamados Recupera Madrid y que nacieron de una escisión de Más Madrid a principio de legislatura). A ellos, se suma una secretaria y una coordinadora.
Desde que se hacen con público, también están presentes algunos forofos de los diferentes grupos municipales. ¿Vecinos y vecinas de Carabanchel? Prácticamente ninguno (por no decir ninguno). Y la tónica del debate (que no existe, pues los intervinientes solo pueden hablar durante su turno de palabra) es la misma: cierta arrogancia, dimes y diretes, algo de soberbia y el recurrente “y tú más” que sale de todas las bancadas en casi todas direcciones.
Sin apenas poder ejecutivo
Pero lo más curioso de todo esto es que en el Pleno, por más que se aprueben diferentes puntos, casi nunca llegan a buen puerto, pues lo que hace el concejal presidente es elevarlos a los órganos competentes que son quienes deciden si se llevan o no a cabo. Es decir, 31 personas presentan propuestas, debaten, se acaloran y se dirigen comentarios más o menos cínicos con un único fin: instar a que un órgano o área competente, dependiente del ayuntamiento de Madrid en Cibeles, estudie y/o analice si la propuesta al uso es o no viable.
Por tanto, como redactor primerizo en estas lides, recojo la propuesta que Álvaro González, concejal presidente del distrito, hizo a uno de los grupos políticos del pleno: quiero quedar con usted y que me explique las competencias reales que tiene la junta. ¿Pueden ejecutar alguna de las propuestas que se debaten en el pleno o su única tarea es “instar” a los órganos competentes a que estudien su viabilidad? Encantado de recibir su invitación para que me aclare esto en un par de tardes, como bien aseguró en el pleno. Quizá la oposición no acuda, pero yo, que voy a tener que cubrir algún que otro pleno más, estaría interesado en conocer los entresijos de la junta distrital.
Dicho esto, puedo casi asegurar que la junta no va a ejecutar ninguna de las propuestas que se llevaron al pleno, sino que, a lo sumo, va a instar a las áreas competentes a que estudien si las llevan a cabo. No es de extrañar por tanto que en el bloque de las “preguntas” se cuestione una y otra vez sobre supuestos acuerdos tomados en el pleno que han acabado en saco roto a pesar de haber sido previamente aprobados.
Habrá fiestas de San Pedro
Tras esta introducción, pasaré a desglosar qué ocupó a nuestros 31 representantes en esas más de cuatro horas de pleno. En primer lugar, los vecinos de Carabanchel Alto (o de Buenavista, aunque nadie entienda por qué se llama oficialmente así) van a tener fiestas. Que no se preocupen. El primer punto del orden del día aprobó sacar las fiestas de San Pedro a licitación. Y también podremos seguir disfrutando de quioscos de prensa y de prensa gratuita en la vía pública durante 2023. Eso también se aprobó.
Comenzaron después las propuestas de los grupos políticos municipales. Y aquí empezó realmente la fiesta. Primero porque es verdad que Álvaro González, presidente del distrito, tiene razón en que los grupos municipales no saben muy bien qué tienen que presentar ni a dónde. Todas las propuestas de Vox, por ejemplo, llevaban la coletilla de “instar a la Junta Municipal o en su caso al área u órgano competente” a realizar tal o cual propuesta. Es decir, que lo haga la junta o quien sea que tenga que hacerlo. ¿Por qué no se preocupan antes de llegar al pleno de saber quién es el encargado de realizar cada cosa?
Bueno, a lo que vamos: se aprobó por unanimidad reparar el parque infantil de la calle Chirivita, el “estudio” de instalar urinarios en las zonas de gimnasia de personas mayores que hay en el distrito y el “estudio” de cambiar la pista de coches teledirigidos del parque Emperatriz María de Austria (el Parque Sur de toda la vida) por una de skate. Y remarco lo de “estudio” porque la aprobación de estsa medidas no significa que se vayan a llevar a cabo, sino que alguien (los servicios técnicos) “estudiarán” si es o no viable su realización. Es decir, casi seguro que dentro de un año Vox preguntará a este pleno “qué fue de aquella pista de skate para el Parque Sur”. Si no, al tiempo.
El PSOE y su propuesta de los bancos
Después llegó el turno de las propuestas del Partido Socialista. La primera, un poco ambigua y bastante mal redactada, he de decir En resumen, y gracias a lo que explicó su vocal David Calvo “instar al área competente (volvemos a lo mismo de antes) a que mejore la accesibilidad de las paradas donde no exista marquesina”. Por lo que yo entendí, piden que se instalen bancos en aquellas paradas de “palo”, es decir, en las que no hay donde sentarse. Para que así los mayores puedan descansar mientras esperan al bus. Al parecer, y según afirmó Calvo, estas rutas de autobús coinciden con las rutas de los centros de día, por eso su instalación es aún más oportuna. Pero es verdad que la proposición no estaba muy comprensible (al acta me remito).
Desde el PP se quejaron de que no mencionara ni dos calles donde sería urgente actuar en este sentido. Calvo sí afirmó que había 75 paradas en el distrito con estas condiciones. “Es una proposición sin cordura, sentido ni trabajo”, aseveró el concejal presidente Álvaro González. Al final, PP y Ciudadanos votaron en contra; el resto de formaciones a favor, por lo que salió adelante.
Sí se aprobó por unanimidad ni debate una serie de mejoras para el colegio Antonio Machado: desperfectos en la cubierta, goteras, zonas peligrosas y pedregosas o estructuras en mal estado como el arenero.
María Lejárraga y la colonia de la prensa
Llegaron entonces los dos puntos más polémicos del día, ambos presentados por el PSOE y que conllevaron un debate duro, cargado de arrogancia, reproches y menosprecios por parte de los vocales populares y socialistas, principalmente. En verdad, da un poco de vergüenza ajena el nivel de algunas de las intervenciones que se escuchan en el pleno.
El primero de los temas tenía que ver con la instalación de una placa en la calle Sombra haciendo mención a que en esa calle vivió la escritora y precursora del feminismo María Lejárraga, una de las literatas y pensadoras más destacadas del siglo XX. Probablemente, casi ningún lector sabrá de quién se trata, pero es que toda su obra la firmó con el nombre de su marido, Gregorio Martínez Sierra. Pues bien, el único partido que no erró o tergiversó información sobre esta carabanchelera de adopción ilustre (en verdad era riojana) fue Vox: decidió abstenerse de participar en el debate y posteriormente en la votación. Los demás, desde PP a PSOE, pasando por Más Madrid y el Grupo Mixto erraron en algún dato. Y es que para defender este tipo de propuestas hay que saber muy bien sobre lo que se habla y no quedarse en renuncios, como ocurrió durante el debate. Pero sobre este tema haré un artículo exclusivo, creo que la memoria de Lejárraga lo merece.
Lo más gracioso de todo es que cuando se procedió a la votación, la secretaria contó mal y momentáneamente se aprobó la instalación de la placa. Pero luego las matemáticas volvieron a su ser y diez minutos más tarde tocó recontar y volver a votar. Entonces sí, el empate técnico (14 votos a favor de PSOE, Más Madrid y Grupo Mixto y 14 en contra de Ciudadanos y PP + la abstención de Vox) llevó a que el voto de calidad de Álvaro Gónzalez desestimara la propuesta. Flaco favor a una de nuestras vecinas más ilustres. Pero como digo, ya profundizaremos en ello la próxima semana.
Siguió a continuación otro punto candente: la declaración de BIC (Bien de Interés Cutlural) del Arco de la Colonia de la Prensa. La protección y remodelación de este arco de estilo modernista, construido entre 1913 y 1918, va de forma recurrente al pleno de Carabanchel, pero como podéis comprobar, su estado sigue siendo lamentable. La ¿excusa o motivo? Que es privado. Y como es privado no se puede intervenir. Pues nada, habrá que esperar a que se hunda y perder así uno de los pocos iconos del modernismo o Art Nouveau (porque tiene claras influencias del modernismo francés) que tenemos en Madrid. ¡Ay, si este arco estuviera en el barrio de Salamanca! Seguro que estaría igual de deteriorado, ¿a que sí?
Primera enmienda al tema: el PP dice que quien tiene que declarar este edificio BIC es la Comunidad de Madrid. Por tanto, tras el distendido debate se llega a una conclusión: el pleno va a “instar” a la Comunidad a que el arco tenga mayor protección. Pero nada más. Es decir, no lo van a arreglar. ¿Por qué? Pues por lo de siempre, falta de competencias. De hecho, Vox aseveró que hace año y medio ya pidieron que se protegiera toda la colonia y el arco. ¿Se ha hecho algo? Obviamente no. En resumen, que el arco de la colonia no se va a reparar, sino que lo único que va a hacer la Junta Municipal es solicitar a la Comunidad que lo declare BIC. Pues muy bien. Y mientras tanto seguirá hundiéndose. De hecho, es tan pésimo su estado, que en marzo se desprendieron varios azulejos del rótulo del arco, el cual diseñó, para información del pleno, el ceramista talaverano Julián Montemayor.
Decía el concejal-presidente del distrito a posterior pregunta de Recupera Madrid que la Colonia de la Prensa está protegida en base al Plan General de Ordenación Urbana de 1985. ¿Saben qué palacio carabanchelero estaba también protegido con ese PGOU? El de Enrique de Tordesillas, más conocido como Conde de la Patilla. ¿Saben dónde está ese palacio? Suponen bien: hundido. Lo tiraron abajo en 1995 para beneficio de los Capuchinos Terciarios que pudieron vender el terreno donde estaba situado. Se levantaron un par de bloques de viviendas y el denonimado como parque de Carabanchel o de la Patilla, en memoria de aquel conde. Esperemos que la colonia no sufra la misma suerte.
Pasos de peatones, charlas, áreas caninas y San Vicente de Paúl
Posteriormente, se aprobó por unanimidad la propuesta del Grupo Mixto de “instar” (sí, otra vez la dichosa palabreja) la reparación del pavimento del paso de cebra que hay en Matilde Hernández con Utebo; esto es, junto al Palacio de Vistalegre. Pues eso, esperemos que el “área competente” lo arregle pronto.
Acto seguido, se aprobó por mayoría (con la abstención de Vox, ya me gustaría saber por qué) la celebración de charlas para concienciar sobre la trata de personas en los centros de igualdad del distrito. La propuesta iba en plural, pero que yo sepa solo hay un centro de igualdad, el Lourdes Hernández. Si hay más, no los conozco. El caso es que el 30 de julio se celebra el día mundial contra la trata de personas. Aquí Ciudadanos aportó una enmienda, y es que al Grupo Mixto se le olvidó añadir lo de “instar al órgano competente”. Y así fue y así se aprobó por unanimidad porque, como sentenció Álvaro González, “hay que trabar por eliminar esta lacra, tercer negocio más grande del mundo”.
Llegó Más Madrid posteriormente para proponer a la junta y/o al órgano competente (es decir, a quien corresponda) la reforma del área canina de Portalegre, 28. Se aprobó por unanimidad; eso sí, ahora habrá que adivinar si es la junta u otro órgano el competente para su remodelación. A continuación, más de lo mismo: Más Madrid insta a la junta y/o al órgano competente (es decir, hágase saber a quien corresponda) que se condicione el acceso para emergencias a la colonia San Vicente de Paúl. Y es que parece que desde que en 2003 se colocaran dos cancelas de hierro en uno de los accesos, ambulancias y bomberos no pueden acceder a la colonia. Menos mal que no ha pasado nada grave desde entonces. Confirmaba el vocal de Más Madrid que en aquel entonces se presentaron unas 300 firmas para pedir que se subsanara la situación.
Álvaro González intervino para decir lo que ya comentaba en esta introducción: “Un grupo municipal no puede instar a la junta y/o al órgano competente a que haga algo, pues denota no tener ni idea de quién tiene que hacer qué”. No le falta razón, pero también entiendo que con tantas áreas, órganos y delegaciones resulta complejo saber cuál es el proceso burocrático que debe seguir cada propuesta para llegar a buen puerto. Intuyo que antes de llegar al técnico competente en tal funcion, lo normal es desistir o morir en el intento. Y es que la burocracia madrileña resulta compleja y enrevesada.
Sin duda, en este punto se dieron las intervenciones más arrogantes y, hasta cierto punto, chulescas. Que si cuando gobernó Carmena no lo hicisteis, que si cuando Gallardón tampoco, que si porque eres comunista no aceptas las enmiendas del PP… Lo de siempre. Al final, PP y Ciudadanos votaron en contra; el resto, a favor. Así que salió adelante. Solo espero que alguien haga algo (el órgano o área competente, intuyo) antes de que algún residente en esta colonia sufra las consecuencias. Porque aunque la sesión en ocasiones parezca un circo o un ring, no podemos obviar que se estaba hablando sobre la seguridad de las muchas familias que viven en esa colonia.
Y la biodiversidad de los lagos, que no son lagos
Para terminar con las propuestas, el Grupo Mixto pidió que de cara a proteger la biodiversidad de lagos y estanques del distrito se instalen carteles informativos, se coloquen islas para proteger a las aves, se potencie la vigilancia policial y, entre otras, que se lleve a cabo un plan de choque para evitar que se tengan que vaciar estos lagos o estanques. En primer lugar, aunque sí mencionó los lagos del distrito: San Isidro, Parque Sur o María de Austria y Volatería, el portavoz del Grupo Mixto, Roberto de la Prieta se centró casi exclusivamente en hablar del lago del Parque de las Cruces que es frontera entre Carabanchel y Latina pero que, parece ser, pertenece a Latina.
Curiosamente, hace años, cuando unos cuantos colectivos organizábamos el FestiK, la misma junta de Carabanchel nos confirmó que sus competencias acababan en el lago y que, por tanto, para poder celebrar el festival en las famosas gradas del parque, teníamos que dirigirnos a la Junta de Latina. Ahora parece ser que el lago también pertenece al distrito vecino. ¿Vamos a tener que empezar a defender nuestras fronteras? Por favor, necesitamos una línea roja pintada en el suelo para saber dónde acaba Carabanchel y comienza Latina; o viceversa.
El caso es que la propuesta se aprobó por unanimidad, pero, obviamente, no repercutirá en el lago del parque de las Cruces. O sí, Quién sabe. Quizá el “órgano competente” decide que ya que va a “estudiar” un plan para los estanques de Carabanchel (que son fuentes ornamentales y no lagos, según afrimó Álvaro González y que por eso se vacían y se limpian) merece la pena ampliar el estudio al estanque de las Cruces o al de la Cuña Verde. Total, todos estos parques pertenencen a un distrito, el de Latina, que hasta 1948 formaba parte de los antiguos “Carabancheles”.
¿Dónde está el arco del parque de San Isidro?
El turno de preguntas comenzó con un apunte surrealista. Manuel Morán, de Vox, preguntó a Álvaro González por el grado de ejecución de una inciativa de febrero de 2021 en la que se aprobó “instar” al órgano competente a la reparación y acondicionamiento de la puerta de acceso al parque de San Isidro en la confluencia de Gorrión con Vicente Quesada. Pues bien, el concejal presidente contestó que ya se hizo. Pero ¿qué se hizo? ¿Arreglar el arco de acceso al parque? No, “instar al órgano competente a que lo hiciera”.
Es decir, claro ejemplo del surrealismo del pleno. El portavoz de Vox no supo muy bien qué contestar, porque quedó patente que no había pasado por la zona y no sabía si el famoso arco de hierro, pintado de verde, está o no está instalado de nuevo. Pues bien, le contesto yo, señor Morán: El arco no está y no sabemos dónde está. Espero que esté a buen recaudo y pronto vuelva a su ubicación original, pero por el momento, sigue desaparecido (como se puede ver en la foto de este sábado).
El resto de preguntas carecen de interés alguno, se resumen en unos cuantos dimes y diretes más, algún que otro abucheo y tono más o menos elevado según el tema a tratar. En resumen, que todo funciona fantásticamente bien y que la Junta siempre hace lo que tiene que hacer: trasladar a otros órganos o áreas competentes las propuestas aprobadas en el pleno para que “estudien” si son o no viables. Lo de comprobar qué deciden esos “órganos” ysi se ejecuta o no algo de lo propuesto ya es harina de otro costal.
Y así se pasan las legislaturas, esperando a que alguien decida ejecutar alguna de esas proposiciones, obviamente siempre después de realizar el estudio pertinente. En definitiva, mientras esto no cambie y se dote de más poder ejecutivo a las juntas de distritos, este pleno no será más que un grupo de 31 personas que se juntan una vez al mes durante más de cuatro horas para decidir si se manda o no un email al área competente de turno para que estudie si se invierte o no en Carabanchel. Ah, y que cobran. Y, algunos, bastante bien, por cierto.
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