La Asociación Vecinal Parque de Comillas ha explicado en un encuentro los efectos de unas obras que, durante un año, tiempo estimado para los trabajos de excavación del túnel, transformarán la fisonomía del barrio
Cuenta atrás para despedirse del pulmón verde que supone el Parque de Comillas para su barrio homónimo. Las obras de prolongación de la línea 11 de Metro requieren de una infraestructura que cubrirá la práctica totalidad de esta área verde, convertida ya en origen de los trabajos de excavación del túnel y que recibirá, en cuestión de semanas, la faraónica tuneladora.
Según ha informado la Asociación Vecinal El Parque de Comillas, estas labores conllevan la extracción de 541.000 metros cúbicos de tierra, cuya salida se efectuará por el parque. Estas cantidades conllevan el movimiento, durante un año y 16 horas al día, de 36.000 camiones de entrada y otros tantos de salida, es decir, el trasiego diario de un camión cada 10 minutos, lo que intensificará el tráfico, la contaminación y colapsará arterias principales como la de Antonio Leyva. “Cada anillo del recubrimiento del túnel supone un tráiler, es decir, 4.000, además de 1.500 hormigoneras”, ha detallado un técnico de la asociación vecinal. “Este barrio no podrá aguantar tal cantidad de vehículos pesados”, ha apostillado.
La zona cero de las obras, conocida también como “pozo de ataque” en términos técnicos, cambiará la fisionomía del parque, pues requiere de un área para los trabajos de unas 5 hectáreas, lo que implica “cargarse toda la vegetación” para dar cabida a la infraestructura y materiales necesarios.
¿Y cuál es la alternativa? Las soluciones aportadas en el encuentro de este 14 de noviembre apuntan a volver al proyecto original, cambiando el sentido de la tunelación: “Su estudio contemplaba el inicio del pozo de ataque en Conde de Casal [el otro extremo de la línea], y la tuneladora salía en un pozo pequeño que se montaba en un fondo de saco que hay a unos 250 metros de Plaza Elíptica”, han detallado.
Ahora, residentes en las zonas afectadas planean movilizaciones ante lo que supone un cambio drástico de la vida en un barrio. Concentraciones, cortes de calles o escritos a la Administración para pedir protección ante un tema de salud pública, tal y como se ha comentado en la reunión, debido a la proximidad del colegio público de Infantil y Primaria Perú, que limita justo con el área de montaje, y por tratarse además de una zona con una amplia densidad de población, sobre todo de edades avanzadas.
Asimismo, se han recordado algunas de las vías institucionales abiertas y aún no resueltas, como el contencioso contra el Ayuntamiento de Madrid por las talas, una denuncia en vía penal, el proceso en la comisión de peticiones del Parlamento Europeo o el frente abierto en el Banco Europeo de Inversiones, donde la Comunidad de Madrid, responsable de la obra, solicitó crédito para el primer proyecto pero no comunicó las modificaciones posteriores.
