La UE tiene como objetivo que en 2025 las botellas de plástico sean fabricadas en un 25% con materiales reciclados y 30% en 2030.
Desde que la pandemia irrumpiera con fuerza y cambiara la vida de los pobladores del mundo, mucho tiempo atrás el plástico ya se había instalado definitivamente en la vida y la rutina humana, las bolsas de asas, las pajitas, los tenedores, juguetes, y todo lo que se pueda imaginar esta hecho de este material. Lo usamos para todo y hasta el arte también ha recibido su contribución, en fin que haría el mundo sin el plástico?
Según el portal https://www.polimertecnic.com el primer plástico tuvo sus inicios en Estados Unidos, en 1860, cuando se ofreció un gran premio para quien pudiera sustituir el marfil para fabricar bolas de billar. El vencedor fue John Hyatt, quien inventó el celuloide, que a su vez dio origen a la industria cinematográfica. Para 1907, Leo Baekeland inventa la baquelita, que fue considerada como el primer plástico termoestable. Era aislante, resistente al calor moderado, a ácidos y al agua. Su fama creció rápidamente y ya para 1930 los científicos estaban creando los polímeros modernos que ahora dominan la industria.
Nadie preveía en esos años la diversidad del plástico y mucho menos su incidencia en la contaminación medioambiental. Es así que la UE se puso manos a la obra para tomar medidas para enfrentar el calentamiento global y la contaminación. De esta manera el Consejo, Parlamento Europeo y Comisión Europea tomaron acuerdos que imponían nuevas restricciones y endurecía la normativa actual sobre plásticos, dentro de los esfuerzos de la UE por reducir la contaminación en mares y playas y mejorar la protección del medio ambiente y que será realidad en 2021. Asimismo los gobiernos de la UE tendrán que garantizar para 2025 que al menos el 25% del plástico utilizado en las botellas de bebidas sea reciclado y el 30% en 2030. Además, estarán obligados a recoger de forma separada las botellas de bebidas de forma que el 90% sean recicladas para 2029.
Pero la emergencia del COVID-19 ha relanzado a la industria del plástico en el mundo, mascaras para cubrir el rostro, guantes, cubículos para restaurantes, etc. han vuelto a la vida. El plástico de un solo uso se resiste abandonar el planeta pese a la declaración expresa de guerra de gran parte de sus habitantes por sus altos índices de contaminación ambiental y muy a pesar de los sectores ecologistas.
Sin embargo, para la Organización Mundial de la Salud (OMS) el plástico no es una protección absoluta, lo mejor recalca- es lavarse las manos y es más efectivo que usar guantes. Estudios sobre el Covid-19 establecen que el coronavirus sobrevive dos hasta tres días en el plástico y 24 horas en el cartón.
El Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF por sus siglas en ingles) advierte que en 2019, ya se había estimado que 600.000 toneladas de plástico estaban siendo vertidas en el Mediterráneo, 40% de las cuales en el verano.
En esta nueva etapa, la de la “nueva normalidad” el plástico de un solo uso renace como el ave fénix, una secuela de la pandemia que debe impulsar la investigación científica para así como la vacuna para el covid-19- se logre a corto plazo un sustituto al plástico de un solo uso con carácter de urgencia, seguramente si se logra las próximas generaciones tendrán mas posibilidaes de tener un mundo mejor, más sostenible y limpio.
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