Estos días al pasar por la plaza de Oporto se notaba una cierta mejora en la limpieza y la utilización del espacio. La zona estaba bien concurrida, con bastantes niños y personas que sentadas o andando disfrutaban de ella con cierta naturalidad. La plaza también estaba más limpia que normalmente.
Todo ello no quiere decir que no haya y siga habiendo problemas de fondo en la zona y los barrios, pero está claro que hablando con la gente de la plaza, como hemos hecho, te das cuenta de que el hecho de hablar y compartir unos minutos con las personas presentes ayuda a conocerse, analizar sus problemas... Hablar y escuchar también permite ver cuáles pueden ser las posibles soluciones a los problemas que se plantean.
Por fin hemos visto a dos trabajadoras sociales en la zona hablando con algunas de las personas de la plaza. Hablamos con ellas, y en el debate sobre los problemas coincidimos, pero sabemos que no es lo mismo detectar el problema que solucionarlo. Para ello es necesario exigir e implicar a los responsables de las instituciones, empezando por el concejal del Distrito.
La percepción de esa puntual atención por la zona creemos que tiene que ver con que después de las asambleas vecinales en la plaza y las propuestas presentadas en el pleno el concejal trata de mover alguna ficha para intentar amortiguar las protestas y el malestar vecinal. Sabemos que para resolver los problemas de fondo no basta con mover alguna ficha, hay que tomar otras medidas, y si no quieren las seguiremos exigiendo.
Es importante entender que para conseguir resultados hay que seguir con el trabajo de calle. Será ese trabajo, junto al organizativo, el que nos permitirá incorporar a más vecinas a la lucha, al grupo y a las asambleas. De momento ya podemos decir: “¡Estamos en ello!”