El pasado domingo 19 de mayo se manifestó la ciudadanía en defensa de la sanidad pública. Fue la tercera convocatoria, y esta marea blanca sigue siendo multitudinaria, unas 18.000 personas según Delegación de Gobierno que llegaron a Cibeles en cuatro columnas: Norte desde Nuevos Ministerios, Oeste desde plaza de España, Este desde Hospital de la Princesa y Sur desde Atocha. A esta última columna acudimos los vecinos de Carabanchel.
En nuestras manos está defenderla. No os engañen: un negocio no significa mejor gestión, un negocio se crea para obtener rédito económico para los dueños o accionistas del mismo, y si la entrada de dinero es de nuestros impuestos y por el pago desde nuestras nóminas (en aquellos casos en que las empresas ponen un seguro privado a sus empleados), la única forma de obtener beneficios es la reducción del gasto y por tanto empeorando nuestra atención. Un servicio público parte de nuestros impuestos y ese presupuesto va íntegro a nuestro cuidado, poniendo medios y personal cuya dedicación será total hacía los pacientes. Lo tengo claro. Nos intentan engañar con unas preciosas instalaciones, pero la atención no será la misma y ésta empeora según la edad del paciente o la gravedad del mismo, a no ser que te dejes los riñones, ojos y futuro pagando.
Que no os mientan cuando se dice que faltan profesionales porque el Gobierno de la nación no aumenta las plazas MIR, que no digo que no deba hacerse, una gran parte de las plazas quedan desiertas, noticia del 22 de abril del 2024 en El diario.es: “Las plazas MIR vacantes en Medicina de Familia se duplican en un año: quedan sin adjudicar 459”. Después de seis años de carrera y preparación del MIR, nuestros jóvenes no quieren la precariedad que la Comunidad les ofrece.
En estos días he tenido que asistir a urgencias de un hospital de referencia con una persona mayor (94 años) con fibrilación auricular, encharcamiento pulmonar, ya os digo que estos pacientes no llegan a la privada y si con la prevención de la sanidad pública a través de sus centros de familia podemos llegar a esos años, querremos que, de la misma forma que a esta persona, nos atiendan con la misma profesionalidad y cariño que he visto.
Por todo esto, trato y sueldo digno a los sanitarios, pediatras en los centros de Primaria, nuevos hospitales de referencia, no un “vacunódromo” de pandemia, que ya que nos costó casi 200 millones de euros. Ya que se ponen, podrían haberlo rematado como hospital. Por eso la mañana del 19 de mayo no faltaron cánticos: “Sanidad pública y de calidad”, “Somos pacientes, no clientes”, “Nada, nada, nada, para la privada”… Así un sinfín, y a la par algunos recuerdos al sufrimiento del pueblo palestino.
También acudió la enorme figura del busto Isabel Díaz-Ayuso (Pinocha) con una nariz de Pinocho, que ya es habitual en estas protestas.
Viva la sanidad y educación públicas. Protejamos nuestros derechos.
FOTOS: Mesa del Árbol de Carabanchel.
