En efecto así es, porque “Mataderos” suena peor, evidentemente, aunque para algunos supervivientes nos suena mejor el anterior nombre. Esto será porque este lugar de Carabanchel está en la actualidad muy apagado, sin la bulliciosa vida de antaño de los años 40, 50 y 60. Hoy solo tiene un bar, cuando Mataderos disponía de 8, claro que ahora cuenta con tres o cuatro bancos para guardar dinero.
Ya no tiene tantos comercios, ni kiosco de periódicos, ni el mercado al aire libre, con paradas de tranvías como el “Plaza Mayor - Mataderos”, que aquí daba la vuelta a Madrid, abarrotado siempre de viajeros.
También tenía el célebre cuartel de la Guardia Civil, para imponer orden en toda la zona. Pero lo más notorio es la ausencia de su famosa peluquería, donde se celebraban tertulias y se jugaba a las cartas, así como se salía a la puerta en el buen tiempo a piropear a las mozas que pasaban cerca.
Pero no quiero omitir que aún persistían ruinas de la guerra, estraperlistas, mendigos y mutilados, así como algún golfante que otro.
Aquí hubo veterinarios,
además de mamporreros,
donde se sacrificaban
mulos cojos y corderos.
Por eso no debe extrañar:
lo llamaban “Mataderos”
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