Llegó la primavera y el buen tiempo, por tanto ya damos por concluido el invierno. También, como mala noticia, comenzaron los incendios. Y tenemos a la vista una campaña electoral que seguro que va hacer subir la temperatura, pues no faltará bronca, inestabilidad y acusaciones de todo tipo. A decir verdad llevamos mucho tiempo de campaña, así que a partir de ahora será muy difícil abstraerse de esta situación que va a teñir la vida del barrio.
Son elecciones tanto municipales como autonómicas. El próximo mes daremos un espacio para que cada uno de los partidos nos haga saber sus propuestas. Y al que salga ganador en cuanto al Ayuntamiento, y especialmente en la Concejalía, le haremos una entrevista para que nos dé a conocer cuáles serán las líneas de actuación de su gobierno y qué se va a cambiar o si se va a continuar con respecto a lo que se haya hecho hasta ahora.
Por nuestra parte, las reivindicaciones son las que nos hacen llegar los vecinos y diferentes colectivos del Distrito. Asimismo, como siempre hemos insistido, nuestras prioridades van en la dirección de una buena educación y que el barrio tenga esa diversidad de posibilidades y de riqueza que es la formación de nuestros niños y jóvenes. También la salud y sanidad, siendo estos dos conceptos muy diferentes. Habría que insistir en la salud, la previsión de la enfermedad. Ahí el Ayuntamiento sí tiene competencias, y podría hacer mucho más de lo que se hace. Nuestra pequeña contribución a ello es la Ventana de salud que publicamos todos los meses en el periódico, sección fija que agradecemos a los profesionales de la sanidad pública del Distrito su redacción.
Otro de los temas importantes es la calidad de vida de los ciudadanos. El bienestar, que podamos tener un nivel de vida adecuado y un barrio acogedor. Es claro que el paro es uno de los problemas, no solo aquí, sino en general. Y no hay expectativas de que sea fácilmente resuelto. Sobrepasa las competencias de lo local, pero aquí es donde se pueden poner las bases para que las cosas tomen una dirección diferente. Seguro que se puede trasformar y dar un ímpetu distinto. No son solo palabras el impulso por mejorar la vida de las personas que nos rodean y de nosotros mismos; es una fuerza que debemos alimentar, pues todo cambio positivo parte de la fe en ese propósito, un propósito en que lo humano se abra paso a pesar de todo. Eso nace desde dentro de nosotros, y no lo traen los políticos ni la política: sale de la iniciativa de cada uno y de creer en lo mejor de las personas que nos rodean. Porque ver lo negativo es lo habitual, y eso no ayuda a estar mejor.