Recién (casi) rehabilitada, la ermita de Santa María la Antigua ha sido nuevamente abandonada a su suerte. Exteriormente es posible ver las huellas de los trabajos realizados: el edificio está bordeado por una nueva acera, y dos grandes “parches” de ladrillo y cemento han rellenado los trozos deteriorados del contrafuerte sur, compitiendo en horror con los nuevos grafitis de las fachadas. Sin embargo, la fachada este de la sacristía permanece con elementos añadidos y grietas, sin que se aprecie intención de actuar sobre ellos. Por supuesto, la accesibilidad parece ser una asignatura pendiente.
Con todo ello, las vallas de obra se han retirado, y a la ermita han vuelto los grafiteros. Ahora, además, la fachada sur es empleada como baño público para los botellones de la zona y como aliviadero para los perros de la vecindad. Sin obviar la culpa de los irresponsables, el deber de nuestras Administraciones, local y de la Comunidad, sigue siendo proteger y dignificar este BIC de 1981.
Hace casi un año, la Asamblea de Madrid aprobó una Proposición No de Ley del PSOE para elaborar y aprobar la delimitación cartográfica y proteger el entorno de la ermita de Santa María la Antigua. Además, se argumentó para que se realizara por trámite de urgencia. Todo parece haberse quedado en palabras. Esperemos que los responsables políticos ofrezcan alguna respuesta, sobre la rehabilitación y sobre las medidas que tomarán para su protección y uso. Mientras, la ermita de Santa María la Antigua, el edificio religioso de estilo mudéjar más antiguo de Madrid, ha vuelto al olvido.
CHyP
Deje un comentario