Tuve los primeros síntomas de covid el 27/12/2020 y tras una semana con una sintomatología leve empecé a empeorar: fiebre más alta, mucha tos y finalmente dificultad respiratoria. El centro de salud me derivó a urgencias del hospital Clínico donde estuve unas 14h. Me dijeron que mi patología, aunque requería ingreso hospitalario, no la consideraban grave y esperaban una evolución favorable; según el protocolo sanitario de la Comunidad de Madrid debía ingresar en el nuevo hospital de pandemias Enfermera Isabel Zendal, ya que se reservaban los hospitales de Madrid, dotados de más recursos técnicos y humanos, a los casos más graves.
La explicación me pareció correcta y no puse ninguna objeción al traslado.
Ingresé en el Zendal el día 8/01/2021 y recibí el alta hospitalaria el 15/01, es decir estuve ingresado por tanto 7 noches.
Creo que todos sabemos de las polémicas que rodean a este hospital, desde la necesidad o no de esta instalación teniendo en cuenta los recursos existentes en otros hospitales y que no se utilizan, los sobrecostes en su construcción, las adjudicaciones a dedo, la no contratación de nuevo personal, el traslado forzoso de personal desde otros centros, e incluso la instrucción desde la CAM de no volver a contratar a personas que se nieguen a ser trasladadas al Zendal.
Entrar a valorar estas polémicas como ciudadano madrileño darían para otro escrito; en estas líneas me gustaría trasmitir simplemente mi experiencia y realidad vivida como paciente en este Centro y valorar si es tan maravilloso como dicen.
Debo decir inicialmente que, como paciente que está intentando recuperarse de una enfermedad, he vivido situaciones de cierta crueldad debido a las deficiencias técnicas que presenta está instalación. La CAM podrá sentirse orgullosa del Hospital y declarar que es el hospital más avanzado del mundo para el tratamiento de pandemias, pero, en mi modesta opinión, y por mi vivencia como paciente, llamar hospital a esta nave acondicionada para alojar enfermos y que presenta problemas de diseño que molestan al paciente es un eufemismo, y enseguida me explico.
ASPECTOS POSITIVOS
Pero ante de nada, quiero contar lo bueno del Zendal, que también lo tiene:
El personal sanitario es encantador. En su mayoría es gente joven, muy profesionales y competentes, se ve que saben bien su profesión y lo que es fundamental, les gusta, están muy motivados y desbordan cariño, amabilidad y empatía; unos más, otros un poco menos, pero la experiencia de paciente desde el punto de vista de la atención del personal médico y de enfermería es plenamente satisfactoria y de calidad.
De verdad GRACIAS, GRACIAS y mil GRACIAS al personal sanitario, estoy totalmente convencido de que su forma de actuar, nada mecánica ni impersonal, ayuda a los pacientes en la recuperación pues aporta energía y positividad.
Desconozco los posibles problemas laborales que puedan tener, que supongo habrá como en cualquier otra organización y más si algunos están allí contra su voluntad, pero no lo transmiten en absoluto al paciente; este siente que es el centro de su actuación en el desarrollo de sus habilidades profesionales.
El personal sanitario aporta energía, pero la instalación te la resta.
¿CÓMO ES EL ZENDAL?
Estuve ingresado en el pabellón 2, el único que estaba abierto en ese momento. Me consta que están a punto de abrir el pabellón 1, dado el aumento de contagios que se ha producido a partir de las navidades.
Ambos pabellones son naves muy grandes, de unos 7500m2 y de unos 10m de altura y están organizados en módulos. El pabellón 2 dispone de un módulo de admisión, un módulo UCIR, un módulo UCI y 5 módulos de hospitalización. Cada módulo de hospitalización dispone de un puesto de enfermería, de 48 camas para pacientes y de dos aseos compartidos.
No existen habitaciones, todo el pabellón es una habitación gigante; solo existen paramentos verticales de aproximadamente 130 cm de altura que organizan el espacio en grupos de 8 camas de 2 filas de 4 camas cada uno. Las camas de una misma fila están separadas por una taquilla personal y un sillón, aproximadamente 130 150cm entre camas.
ASPECTOS NEGATIVOS
Una vez descrito el lugar y hablado de las cosas buenas vamos con los defectos que me han resultado molestos y que seguro que comparten conmigo la gran mayoría de los pacientes ingresados en el Zendal. El modelo de hospital sin habitaciones y con las camas próximas facilita eso si la comunicación entre las personas, en especial cuando los pacientes empiezan a estar mejor, ya que en la fase aguda de la enfermedad no apetece mucho.
Tuve la oportunidad de mantener conversaciones con las personas de mi grupo de 8 camas y puedo afirmar que las quejas que a continuación describo eran compartidas por todos, incluso también el personal sanitario criticaba estas mismas cuestiones:
- Higiene de los aseos
Cada uno de los dos aseos del módulo dispone de una zona de dos lavabos y otra de dos servicios, adaptados ambos para uso por minusválidos. Estos 4 servicios son un todo en uno y disponen cada uno de inodoro, ducha y lavabo.
Resulta sorprendente, y en mi experiencia como paciente muy inadecuada, esta solución adoptada para los aseos y servicios. Cualquier paciente pueden entrar en un servicio a orinar, defecar, ducharse o lavarse las manos o los dientes, lo que provoca unos servicios sucios y con falta de higiene.
El nivel de suciedad, en especial durante el fin de semana, que supongo se reduce el personal de limpieza, es vergonzoso y no parece que estés en los servicios de un hospital sino en los servicios de un bar de barrio cutre.
Cuando tienes necesidad de ir al servicio puede que te encuentres unos servicios higiénicos y desinfectados porque acaban de limpiarlos, que los encuentres algo sucios, o realmente guarros; en este caso, entonces, dependiendo de la urgencia, puedes tomar la decisión de dar la vuelta y dejarlo para otro momento.
El suelo del servicio puede llegar a ser asqueroso, cuando alguien se ducha, el suelo queda totalmente húmedo, pero a continuación puede entrar otras personas a realizar sus necesidades. Cuando lo que quieres es ducharte, un único pensamiento te invade. Piensas si debes descalzarte, pisar con tus pies ese suelo y si será posible coger allí algún hongo o algún papiloma.
A la entrada del aseo existen un par de cajas para depositar las toallas y los pijamas usados. Estas cajas siempre suelen estar llenas y contribuyen también a esa sensación de falta de higiene.
No sabría decir cada cuanto tiempo se limpian los servicios, pero a todas luces resulta insuficiente. El problema creo que es el concepto de diseño adoptado en el Zendal: 4 servicios todo en uno compartidos para 48 personas. Pero, por favor, ¿a quién se le ha ocurrido este diseño?, ¿Tan complejo era realizar duchas, inodoros y urinarios independientes y haber dejado esos servicios para únicamente su uso por personas minusválidas?
Los que han propuesto este diseño y los que lo han dado el visto bueno, ¿de verdad estaban pensando en la higiene y en la salud de los pacientes? Este modelo requeriría personal de limpieza destinado en exclusiva a la limpieza de los servicios.
- Contaminación acústica
Por cuestiones profesionales dispongo en mi móvil de una aplicación calibrada para la medición de ruido.
Utilicé el medidor desde la cama en repetidas ocasiones. El Zendal presenta un ruido ambiente constante, procedente de la ventilación, durante las 24 horas del día, de 65 decibelios (dBs). Solo uno de los días que estuve ingresado y que me pareció que el nivel de ruido había bajado pude medir 55dBs.
Para el que no esté familiarizado con las medidas logarítmicas de ruido basta decir que el ruido ambiente en el Zendal es quizás un poco menos que el ruido que probablemente genera el aspirador de tu casa o que es similar al ruido que provoca una conversación en voz alta.
Este ruido, que es un ruido blanco de alta energía y con un tiempo de exposición de 24 horas diarias, genera molestias graves a los pacientes y resulta cruel someter a personas enfermas a semejante tortura.
SONIDO AMBIENTE EN EL HOSPITAL ISABEL ZENDAL. 05.48 AM
🗣️MI EXPERIENCIA EN EL ZENDAL
🔜Muy pronto, en A Voces de Carabanchel, amplio reportaje sobre el Hospital Isabel Zendal.
🔸Hablamos con un vecino de Carabanchel, ingresado en el hospital durante una semana. Esta es su historia. #HospitalIsabelZendal #Carabanchel #COVID19 pic.twitter.com/OpEIP9pH8S
— avocesdecarabanchel (@avocesdecaraban) February 4, 2021
Está demostrado por muchos estudios que el sueño influye decisivamente en el proceso de curación y recuperación del enfermo. La alteración del sueño puede provocar un agravamiento de la enfermedad, o una recuperación más lenta, ya que la falta de descanso tiene no solo un impacto psicológico y en la conducta, sino también efectos negativos sobre al sistema inmunológico, el metabolismo y la función cardíaca.
Cualquier centro hospitalario debería velar por garantizar un buen descanso y el sueño adecuado de los pacientes. No parece que esto haya sido una prioridad en el diseño del Zendal. Pues bien, la normativa legal de nuestro país indica que el ruido ambiente de las zonas de estancia en hospitales no debe superar los 45 dB por el día ni los 35 dB por la noche.
Incluso la ley establece que el ruido en las habitaciones no debe superar los 30 dB por la noche; ya que el Zendal no tiene habitaciones, ¿Como debemos considerar su zona hospitalaria? ¿Zona de estancia o habitación? Considerémoslo como zona de estancia, por lo que por la noche no debería superar los 35 dB de ruido ambiente.
Esta diferencia de 30dB implica que el nivel de ruido que soporta un paciente en el Zendal supone 10 veces la energía acústica máxima permitida y multiplica por 5 el máximo nivel de presión sonora permitido.
La única forma posible de dormir para muchas personas ingresadas en el Zendal es la administración de somníferos como el lorazepan. Yo no lo tenía pautado pero acabe pidiéndolo por favor a la doctora que me atendía. No digo que no haya gente que sea capaz de dormir en este entorno, pero la mayoría de los pacientes no descansan como deberían.
ANSIEDAD: ¿causada por las redes sociales o por las propias instalaciones?
Isabel Díaz Ayuso hacía unas declaraciones esta semana acusando a las redes sociales de generar ansiedad y depresión a los pacientes mediante una campaña política de desprestigio del hospital; pues bien, de los pacientes con los que me relacioné durante mi estancia, la mayoría reconocía su estado de ansiedad, pero ninguno me expresó que la causa de su ansiedad fuesen las redes sociales; la causa fundamental tanto para ellos como para mí era la dificultad para el descanso que supone el elevado ruido ambiente existente. No son necesarios factores externos, todos los componentes que generan la ansiedad están dentro de la nave.
No voy a negar que la situación personal como paciente de una enfermedad grave que está llevando a gente a la UCI e incluso provocando muchos fallecimientos genera miedo, ansiedad y estrés que lógicamente también puede ser una causa de insomnio, pero someter a los pacientes a esos niveles de ruido resulta no solo ilegal, sino también cruel e inhumano.
Un vecino de cama me comentó que un par de días antes de ingresar yo, tuvo una crisis de ansiedad por la noche provocada por su desesperación por la incapacidad para dormir en ese ambiente. Realmente lamentable Sra. Ayuso.
La justificación oficial para este ruido es que el sistema de ventilación es capaz de renovar hasta 14 veces a la hora todo el aire de la nave y que esto es muy importante para asegurar que el personal sanitario y de servicios no se contagie.
Creo que la mayoría de los ciudadanos y más los pacientes de covid-19, entendemos la necesidad de evitar contagios, pero desde luego eso no puede ser a costa del descanso de los pacientes. O el sistema de ventilación tiene errores de diseño, o no es la tecnología adecuada para este uso hospitalario, o, si realmente, y como se oye desde la Comunidad de Madrid, es lo mejor que se dispone actualmente, entonces le diría que quizás este hospital no se debería haber construido de momento.
Me resulta sorprendente cómo es posible que este hospital haya conseguido la licencia de apertura con estas deficiencias técnicas que incumplen la normativa actual.
Durante mi estancia también se podían escuchar otros ruidos molestos:
Pitidos continuos y periódicos de algún dispositivo electrónico. Desde enfermería nos dijeron que era una bomba y que no entendían el porqué de los pitidos. Carcajadas y conversaciones de alto volumen procedentes del personal del turno de noche en sus periodos de descanso. Parece ser que tienen una zona de descanso con maquinas de venta de café y refrescos ; pero es que aquello es una nave y se oye todo.
OTROS PROBLEMAS
También, durante muchas noches había un exceso de luz ya que había zonas de la nave que quedaban encendidas.
He de decir que todas estas incidencias y problemas los comenté con la doctora y me dijo que se lo habían dicho más pacientes y que lo pondría en conocimiento de sus superiores. La queja surtió efecto ya que la última noche que pasé allí no se oían pitidos, no se oyó el jolgorio del turno de descanso y la iluminación de la nave se redujo muchísimo. Eso sí, los 65dB del sistema de ventilación allí estuvieron como todas las noches.
Un último punto que querría comentar es que llama mucho la atención que en el primer cuarto del siglo XXI se recupere un modelo de hospital de principios del siglo pasado, de cuando mi abuelo era joven, basado en pabellones, donde todos los pacientes están juntos en la misma gran habitación. Este modelo se fue sustituyendo en la segunda mitad del siglo pasado, durante el establecimiento del estado del bienestar, por un modelo basado en habitaciones para 1 o 2 personas como mucho, y donde primaba el derecho a la intimidad y a la confidencialidad del paciente.
No soy técnico sanitario y no voy a entrar a valorar las excelencias que este modelo pueda tener para atender a los pacientes de una pandemia como la del coronavirus, aunque el sentido común me indica que este tipo de hospitales puede facilitar la transmisión de otros organismos infecciosos. Pero claro, dirán que para eso está el maravilloso sistema de ventilación…
Tampoco soy abogado, pero el sentido común me dice que este modelo incumple las leyes sobre protección de datos y el derecho a la intimidad y confidencialidad de los pacientes. Resulta extraño que con estas leyes que cada vez son mas restrictivas y garantes de la inviolabilidad y confidencialidad de los datos personales, uno pueda estar tranquilamente en su cama escuchando las conversaciones médico-paciente de las personas que le rodean.
Supongo que no tenemos aún en nuestro país mucha cultura sobre la ley y el Reglamento de Protección de Datos RGPD, pero tengo dudas razonables de que el Zendal no esté incumpliendo también esta ley.
He visto comentarios negativos en cuanto a la comida e incluso una foto de unos guisantes con jamón y moho; afortunadamente no tuve que vivir esa experiencia y la calidad de las comidas y cenas que me sirvieron me pareció suficiente.
VOLUNTAD POLÍTICA
A parte de mis quejas y comentarios a la doctora durante sus visitas diarias, el día que me dieron el alta solicité una hoja de sugerencias, quejas y reclamaciones en donde dejé por escrito las deficiencias y crueldad que como paciente sufrí por parte de esa instalación.
Animo a todos los pacientes a que dejen por escrito sus quejas y sugerencias; es la única forma posible para, mediante este feedback, transmitir a la dirección del hospital y los responsables de la consejería de sanidad de la CAM la situación real de su hospital. Solo así y con la correspondiente voluntad política será posible mejorar la instalación.
Isabel Díaz Ayuso también comentaba en esas declaraciones de la última semana que todos los pacientes de Zendal salen contentos; pues claro, desde luego fue mi caso, estaba mejor, había superado la enfermedad del covid-19 y me iba de esa nave de tortura que llaman hospital.
Si te van a ingresar en el Zendal no olvides las chanclas de baño ni unos buenos tapones para los oídos que te aseguren una reducción de ruido de al menos 20 dB.
Agustín Antón, vecino de Carabanchel ingresado en el Hospital Isabel Zendal
Fotografías: Comunidad de Madrid
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