03. POSESIONES DE RECREO DE CARABANCHEL BAJO
Los pueblos de Carabanchel de Abajo y de Arriba surgen a finales del siglo XV, después de abandonar el poblado original, situado en torno a la ermita mudéjar de Santa María la Antigua. Al poco, la aristocracia madrileña y la nueva y poderosa burguesía eligen estos pueblos para sus retiros veraniegos. Si bien es cierto que la conocida como “Quinta de Miranda” existía desde el siglo XV, la irrupción de este Carabanchel “ciudad de vacaciones” se dio principalmente a partir del siglo XVIII.
Por desgracia, la mayor parte de aquellos palacios y casas señoriales ha desaparecido, sobre todo a raíz de que en 1948 se produjera la anexión a Madrid y con ello ambos pueblos se convirtieran en barrios adoptivos de toda la mano de obra que llegaba a la capital en los duros años de posguerra.
Aun así, en Carabanchel Bajo todavía podemos admirar tres de aquellas posesiones de recreo. La primera de ellas es la que adquirió el comerciante y banquero Miguel Nájera en 1846. En su origen, esta finca, actual colegio de La Milagrosa (antiguo Nuestra Señora del Carmen - Nájera), era un gran campo de olivos. Fue el también comerciante Mariano Gil quien la adquirió y levantó la casa señorial que bautizó como “Quinta Buenos Aires” y que hoy es la vivienda de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
La segunda de estas posesiones que sigue en pie es la del marqués de Vellisca, actual colegio Capitán Cortés. El origen de este edificio se remonta a mediados del siglo XVII, cuando se situaba ahí la taberna de San Antón. La finca del marqués se construyó sobre los cimientos de la taberna. Hoy casi no queda nada de lo que fue aquel magnífico edificio, aunque tanto la balconada como los dos torreones y la triple arcada de acceso al colegio son parte de esta construcción señorial.
Por último, el Marqués de Sauli levantó el edificio que hoy ocupa los números 19-21 de la calle Eugenia de Montijo en torno a 1830. El edificio de la derecha, hoy adosado al principal, era un antiguo despacho de aceites que Sauli adquirió en 1837. De esta finca destaca su acceso principal con la entrada de piedra original y el rebaje para facilitar el acceso de los carros. También la buhardilla situada justo encima de ese pórtico. Asimismo, en la parte posterior existía un granero o almacén, después utilizado como supermercado y tienda de piensos, que hoy se ha reconvertido en vivienda.
Casa señorial de Miguel Nájera
Los orígenes de la finca que acoge al actual colegio de La Milagrosa, antes Carmen-Nájera (situada en la calle Monseñor Óscar Romero, 54), datan del siglo XVII. En su origen, se trataba de un conocido olivar donde existían 264 olivos de diferentes clases de aceitunas. Dicha parcela se vendió en 1837 al comerciante Mariano Gil. Fue éste quien levantó la casa de campo señorial a la que bautizó como “Finca Buenos Aires” y quien eliminó el campo de olivos para convertir toda la parte posterior de la finca en huerto y, especialmente, en un magnífico jardín. Aun así, salvó algunos olivos que trasplantó en la vertiente suroriental de la finca; el que sobresale en el solar frente a la calle Conde de Eleta, aunque parece más joven, rememora un poco el origen de estos terrenos.
Tras la muerte de Mariano Gil, adquiere la finca Miguel Nájera, comerciante y banquero. Estamos en 1846. Nájera se encargó de mantener el prestigio de la finca —suyo es el enrejado que todavía perdura en ambas puertas de acceso al palacio—, si bien su principal apuesta fue canalizar la fuente de la Mina original. Esta fuente estaba situada en el cruce actual de Fátima con Óscar Romero en su camino hacia la ermita. Nájera la canalizó para situarla frente a su casa, aproximadamente donde hoy está la terraza del Bar La Mina. Además, rodeó la fuente con varios árboles para darle todavía más suntuosidad. Al fin y al cabo, estaba frente a la puerta de su casa señorial. Esa fuente se tiró abajo en 1916, año en que se construyó el campo de fútbol del RCD Carabanchel.
En la época de Nájera se levantó también el edificio del actual número 44. Ambos edificios conectaban por la parte de atrás a través de un patio (hoy techado). Entre ambos había un solar, que aún existe hoy, aunque con la inclusión de un taller de puertas, donde desde mediados del siglo XIX se instalaba una plaza de toros cuadrada y de madera. Esta plaza estuvo en uso hasta 1908, año en que se inauguró la de La Chata.
Poco disfrutó Miguel Nájera de su casa, porque murió en 1851. La posesión pasó a manos de su viuda, Josefa Pelayos, que la mantuvo hasta 1891, año en que se cedió a la Asociación Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl para su transformación en escuela de párvulos. Este centro complementaba así al que la misma orden había inaugurado un año antes, el Colegio Santa Cruz.
La orden adaptó la casa a su nueva función educativa, pero conservando su misma planta. Tras la Guerra Civil, se reconstruyó parte del colegio para convertirlo en la escuela Nuestra Señora del Carmen - Nájera. Con el paso de los años, la apertura de la calle Saturnino Tejera a un lado y la ampliación de General Ricardos al otro mermó considerablemente el tamaño de la finca. Asimismo, los huertos y jardines se ocuparon por nuevos pabellones y pistas deportivas para satisfacer las necesidades de un colegio que, desde 2011, se conoce como La Milagrosa.
CONSERVACIÓN: Buena.
PROTECCIÓN: Nivel de protección 2. Grado de Protección: estructural; esto es, con valores suficientes para merecer la conservación, tanto de su volumetría como de sus elementos arquitectónicos más destacados.
VISITA: Visitable por el exterior.
LOCALIZACIÓN: Google Maps 40.382430174344236, -3.7451141566088
Palacio del Marqués de Vellisca
El origen del edificio que acoge actualmente al Colegio Capitán Cortés (actual Monseñor Óscar Romero, 17) se remonta a la primera década del siglo XIX. Fue, sin duda, una primera etapa de desarrollo urbano en Carabanchel de Abajo, convertido, como el de Arriba, en pueblos donde la aristocracia y la nueva burguesía madrileña gustaba de venir a veranear. Lo novedoso de esta construcción es que no fue levantada desde la nada, sino que se aprovecharon las diferentes construcciones y cimientos que había en el solar, especialmente la de la antigua casa-mesón de San Antón. Este mesón, pionero en la población, estaba en pie desde, al menos, mediados del siglo XVII.
La casa-mesón de San Antón estuvo en uso hasta 1801, si bien en los últimos años se cree que estuvo abandonada o muy deteriorada. En ese año compra todo el conjunto don Manuel Fernando Ruiz del Burgo, caballero de Carlos III. Es él quien transforma la taberna en posesión de recreo, aprovechando eso sí la estructura del edificio original. Aun así, en 1815 vende todo el complejo, al que había añadido casas y solares adyacentes, a María de las Angustias Fernández de Córdoba, esposa de Luis Vicente Melo, quinto marqués de Vellisca. El marqués no era ajeno a Carabanchel, pues su padre había tenido una posesión en Carabanchel de Arriba, a donde venía a desconectar de Madrid y a disfrutar de “los buenos aires” de los Carabancheles. En 1844, los Vellisca vendieron la posesión a José Filiberto Portillo, ex-ministro y brigadier de los ejércitos nacionales, la cual heredaría posteriormente su hija.
Durante algunos años, se pierde el rastro de la finca; lo que está claro es que en 1948 la adquiere el Ayuntamiento de Madrid y la reconvierte en el Colegio Capitán Cortés (por el militar franquista Santiago Cortés, que murió en el asedio de la basílica de Nuestra Señora de la Cabeza en Andújar).
Actualmente apenas queda nada de la finca de Vellisca, a excepción de una parte de la edificación principal segregada y que equivale hoy a la fachada principal del colegio, provista de dos torreones, un balcón y una entrada con triple arcada. El resto del palacio, la parte que se levantó en concreto sobre los cimientos de la antigua taberna de San Antón, se encontraba en la finca colindante al colegio. La casona se tiró abajo en 1995 para ampliar las aulas del mismo.
CONSERVACIÓN: Buena.
PROTECCIÓN: Nivel de protección 2. Grado de Protección: estructural; esto es, con valores suficientes para merecer la conservación, tanto de su volumetría como de sus elementos arquitectónicos más destacados.
VISITA: Visitable por el exterior.
LOCALIZACIÓN: Google Maps 40.38097027237825, -3.7429094455298975
Casa y fonda del marqués de Sauli
El marqués y filántropo Maximiliano Sauli, fundador del Instituto Español, dedicó a hospedería un gran solar de la calle Real de Pinto, en el que se disponían perimetralmente las edificaciones, liberando el centro para un patio o jardín.
Esta calle ha tenido varios nombres a lo largo de su historia, pues lo de cambiar nombres a las calles no es una moda actual. En su origen, fue calle Real de Pinto, pero después pasó a llamarse solo calle Real, también del Marqués de Salamanca y, finalmente, Eugenia de Montijo, que es como se llama en la actualidad.
Esta fonda de Sauli constaba de planta baja y principal, estaba destinada a “tomar los baños en la temporada de verano” y era espaciosa. Esta finca, situada en los actuales Eugenia de Montijo 19-21 y que, al igual que las anteriores, es visita obligada en el freetour por Carabanchel, data, al menos, de 1830.
El edificio adyacente, integrado hoy en el original, fue adquirido por Sauli en 1837 al propio Ayuntamiento de Carabanchel. Hasta ese momento, era una casa destinada al despacho del aceite y también tenía acceso desde la calle Real de Pinto.
A lo largo de los siglos, esta finca ha tenido gran relevancia. Frente a ella, se encontraba la plaza por donde giraba el tranvía primero y luego el autobús, hasta que se abrió finalmente el tramo de General Ricardos que une la plaza de la Palmera con la Fundación Santa Rita.
En sus pisos bajos hubo un café-bar llamado La Parada, mientras que en su interior acogió también un supermercado y almacén de piensos para animales.
De la estructura del edificio cabe destacar la entrada de carruajes, cuyo suelo sigue siendo el de piedra original con los rebajes para facilitar la entrada de los carros. Encima de la puerta, la buhardilla, única original de la finca y que se mantiene tal cual en la actualidad. En la parte posterior del edificio existía una cuadra o almacén, de estilo neomudéjar, reconvertido hoy en vivienda, si bien se ha mantenido su estructura. Ése fue, concretamente, el edificio utilizado como almacén de piensos en su último uso antes de ser abandonado y reformado posteriormente.
En el Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de Pascual Madoz, tomo V, se cuenta que en Carabanchel Bajo “hay una fonda perfectamente surtida, donde se sirve con limpieza y prontitud”.
Cuenta Madoz que el edificio es espacioso, con dos salas y un extenso jardín; “en él se encuentran cuatro cenadores que tienen en su centro mesas redondas de piedra con asientos alrededor, los cuales suelen ocuparse con frecuencia en verano, por ser un sitio ameno que brinda al recreo y la diversión”.
No sabemos si ésta es la fonda del marqués, pero podría perfectamente serlo. Aun así, y ahora que no nos queda en esa calle ni el mítico Chaiz, ¿cuánto agradeceríamos en el barrio tabernas como las aquí descritas, con amplios y ajardinados patios donde disfrutar del fresco del verano y de la buena compañía?
CONSERVACIÓN: Buena.
PROTECCIÓN: Nivel de protección 3. Grado de protección: parcial; es decir, se protegen los elementos del edificio que sirven para caracterizarlo y como referencia para comprender su época, estilo y función.
VISITA: Visitable por el exterior (edificio privado de viviendas)
LOCALIZACIÓN: Google Maps 40.382124433732145, -3.7419726963601816
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EQUIPO REDACTOR
David Val Palao. Periodista de profesión, experto en comunicación y marketing digital. Aficionado a la historia y apasionado de Carabanchel, barrio donde reside desde hace 15 años. Hace unos meses lanzó el proyecto Por Carabanchel, con el que además de investigar la historia del barrio realiza rutas guiadas por el casco histórico del antiguo pueblo de Carabanchel de Abajo.
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BIBLIOGRFÍA
- LASSO DE LA VEGA, Miguel (2007). Quintas de recreo. Las casas de campo de la aristocracia alrededor de Madrid. Libro segundo: Los Carabancheles.
- MADOZ, Pascual. (1846). Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Tomo 5
- SÁNCHEZ MOLLEDO, José María (2004). Crónicas de los Carabancheles
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