Madrid: la contaminación de todos

Madrid: la contaminación de todos
Por Diego Millán Berdasco, Vocal por IU-LV en la Junta Municipal de Carabanchel.
Con una hipocresía de sobra conocida, nuestra alcaldesa ha pedido a la Unión Europea que sea más estricta en sus medidas contra las emisiones contaminantes con los productores de automóviles, mientras que se niega a tomar las medidas necesarias para reducir la contaminación que sufre Madrid. Y para colmo lo ha dicho en medio de uno de los episodios con unas mayores cotas de concentración de NO2 desde que se tienen datos, acabando 2014 y empezando el nuevo año superando records en lo que a contaminación atmosférica en Madrid se refiere. Llevamos tantísimos años sufriendo la “boina” de Madrid, la nube de polución que recubre la ciudad, visible con tan solo alejarse unos pocos kilómetros del centro, que nos parece que constituye algo ya característico.
Hace unos días leía en la página web de Ecologistas en Acción, que Madrid ha superado en los 7 primeros días del año el límite legal de concentración de nitrógeno (NO2) en 4 de las estaciones de control, las de Sanchinarro, Barrio del Pilar, Fernández Ladreda y Ensanche de Vallecas con 18, 27, 19 y 19 superaciones respectivamente (mas de 164 superaciones entre las 24 estaciones), siendo 18 el máximo de superaciones por estación que permite la ley.
Ante situaciones de alta concentración de NO2 (más de 200 microgramos de contaminante por metro cúbico de aire) el ayuntamiento redactó un protocolo de actuación, (exigido por la Unión Europea) y que todavía está por estrenar a pesar de los “nitrogenazos” a los que nos vemos sometidos periódicamente, al menos desde 2010, fecha en que se aprobó la actual normativa europea y que el equipo municipal ha hecho muy poco por cumplir. El protocolo establece medidas de restricción de la circulación en la almendra central de la ciudad tan solo a partir del nivel de aviso 3, es decir, cuando 2 estaciones de la misma zona superen durante mas de 2 horas seguidas los 250 microgramos por metro cúbico en 3 jornadas consecutivas y además la previsión meteorológica sea desfavorable. Casi nada.
El protocolo fue usado por el Ayuntamiento ante la Comisión Europea para intentar evitar las sanciones que ésta le ha impuesto a Madrid por incumplir sistemáticamente la normativa Europea en materia de calidad del aire, aunque la CE lo rechazó, señalando la necesidad de incluir medidas de reducción de la contaminación más estrictas.
La realidad es que nuestro Ayuntamiento no parece interesado en implementar medidas para reducir la contaminación como sí hacen otras ciudades españolas (Santiago) o europeas (Oslo, Bruselas, Berlín). Peajes de entrada a la ciudad, límites de velocidad estrictos, peatonalización de vías y limitación del tráfico son, junto al fomento del uso del transporte público y de medios de transporte no contaminante (bicicleta), algunas de las medidas factibles y efectivas que se pueden implantar en la ciudad (y que el Ayto no contempla) para reducir nuestros peligrosos e insalubres niveles de contaminación.
Esta pasividad ante la falta de algo tan básico como la calidad del aire, que afecta negativamente a la salud de los madrileños es algo que ni se puede ni se debe por alto. Todos tenemos derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para nuestro desarrollo, y los poderes públicos la obligación de defenderlo y restaurarlo, tal y como viene recogido en el artículo 45 de la vigente Constitución y que nuestro Ayuntamiento parece haber olvidado. Esperemos que los ciudadanos recuerden también la importancia de vivir en un medio ambiente adecuado ante las próximas elecciones municipales de Mayo.

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